Actualizado 15/03/2008 12:52

Crónica Iberoamérica.- ICG pide un cambio en la "ineficaz" política internacional contra el tráfico de cocaína

Las estrategias de EEUU, la UE y los gobiernos latinoamericanos están descoordinadas y la producción de coca alcanza nuevos récords


MADRID, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -

El grupo de analistas políticos International Crisis Group (ICG) ha estimado que la política antidroga de Estados Unidos, la Unión Europea y los gobiernos latinoamericanos se ha mostrado "ineficaz" e, incluso "contraproducente", amenazando con destruir la estabilidad en el continente, cuya producción de hoja de coca y de cocaína la región andina parece haber establecido nuevos récords el año pasado.

En este sentido, el grupo insta a la comunidad internacional a "adoptar una nueva aproximación" en la lucha contra las drogas, principalmente reduciendo la intervención militar a la hora de erradicar a las fuentes de suministro de droga, confiando más en "las tácticas de desarrollo alternativo", entre las que se incluye una mayor presencia policial que incremente "la actuación positiva del Estado".

A la hora de reducir la demanda, ICG sugiere que se encarcele a los traficantes y que se emplee el mejor tratamiento médico posible, así como métodos para aliviar el dolor, y ahorrar costosas sentencias de cárcel para los usuarios crónicos.

"A ambos lados del Atlántico", explica el informe, "las redes criminales extienden sus tentáculos hacia África Occidental", una región que se ha convertido en una importante estación de paso en la ruta de la cocaína hasta Europa. Los cárteles de droga van mucho más allá de la mera labor delictiva. Su acción "daña a las instituciones del estado, amenazan el proceso democrático, alimentan conflictos sociales y armados y fomentan la inseguridad y la violencia". En Colombia, por ejemplo, los grupos armados suelen obtener grandes ingresos a través del tráfico de drogas, lo que les capacita para "prolongar conflictos civiles durante décadas".

La cooperación internacional y la coordinación --en particular entre Estados Unidos y Europa-- es insuficiente y sólo ha contribuido a que las redes de droga salgan beneficiadas de la lentitud del entramado burocrático. "Con sus grandes recursos, las narco-organizaciones explotan las divisiones políticas entre Estados Unidos y la Unión Europea", mientras los estados miembros discuten sobre la mejor manera de definir y poner en práctica la política antidroga, sin éxito.

"Dado que no hay una visión compartida del problema, ni de cómo enfrentarse a él, la consecuencia es que no se organiza una respuesta concertada, condición necesaria para lograr el éxito en la lucha contra el crimen internacional", declara el estudio.

POLÍTICA "NO IDEOLÓGICA"

ICG sugiere que se ponga en práctica una nueva política "no ideológica" para encargarse de los aspectos claves a la hora de reducir el nivel de producción de cocaína. El grupo sugiere una cooperación más estrecha entre América y Europa, y que se reconozcan además las presiones sufridas por la población indígena andina, que subsiste en un ambiente de "extrema pobreza" al que hay que añadir "la falta de oportunidades económicas e infraestructuras básicas", unidas al "abandono del Gobierno".

Así, las políticas nacionales e internacionales deben incluir "una enorme inversión para solucionar los factores estructurales que facilitan a los traficantes asentar su dominio sobre las familiar rurales, a las que convencen para cultivar la hoja de coca. La erradicación de los cultivos de coca mediante fumigadores repercute en las cosechas de alimentos cercanas, mientras que la "erradicación forzosa" por parte de las fuerzas de seguridad --que casi siempre van acompañadas por denuncias sobre abusos, puntualiza el grupo--, "no hacen sino engendrar reacciones contra el Gobierno local y contra Estados Unidos".

La demanda de cocaína, estima ICG, es la principal fuerza que impulsa la producción y el tráfico de la droga. Esta demanda "se ha estabilizado" en EEUU, pero "está creciendo en Europa y algunos países latinoamericanos". El grupo de analistas explica que a menos que se pueda reducir de forma significativa el uso de cocaína en el mundo, "no habrá posibilidad de vencer esta amenaza a la seguridad".

ICG critica además las políticas de encarcelación que prevalecen en Estados Unidos, a las que calificó de "las mismas para todo el mundo", y que ignoran el potencial que ofrecería una mayor atención en el tratamiento de los usuarios crónicos. Al mismo tiempo, las medidas de reducción, prevención y tratamiento de la drogadicción son mucho más importantes en Europa que los dispositivos de prevención que se ponen en marcha para desarticular a las redes de narcotráfico.

Este año, en el que se celebra el décimo aniversario de la Sesión Especial de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre el problema mundial de las drogas (UNGASS), ICG pide a la comunidad internacional "necesita reconocer urgentemente sus errores y adoptar una política de mejoras fundamental" porque de lo contrario "los traficantes internacionales ganarán la batalla".

ESCASA EFECTIVIDAD

El ICG destaca que ni el Plan Colombia --organizado tanto por Bogotá y EEUU-- o la Estrategia sobre Drogas de la UE no han encontrado "un equilibrio efectivo" en lo que se refiere a las medidas de reducción de la oferta y la demanda. "Ni Washington ni Bruselas son capaces de reducir significativamente el uso de cocaína", estima el ICG, que considera las políticas europeas, estadounidenses y latinoamericanas "están severamente condicionadas por la forma en la que sus gobiernos difieren a la hora de considerar el problema desde una perspectiva general", así como las rivalidades internas "dentro de cada partido".

Por ejemplo, mientras EEUU emprende costosos programas para la reducción del suministro en los países andinos, los europeos contribuyen, a menor escala, a la hora de fortalecer las instituciones y ayudar económicamente a los cocaleros que deciden retirarse del negocio. En lo que se refiere a la distribución, EEUU se centra en la intercepción de los envíos de droga en alta mar, mientras Europa intenta proteger sus fronteras más próximas. Sus respectivas fuerzas de seguridad, concluye el grupo, "están mal coordinadas".

En ausencia de una mejor coordinación entre las autoridades de los tres continentes, los narcotraficantes, "altamente eficientes", se adaptan con rapidez y siguen encontrando los medios para seguir beneficiándose de "los mercados más lucrativos del mundo", declara el grupo.