Actualizado 27/04/2014 21:37

Una necrópolis indígena destruida para crear residencias de lujo

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Foto: STAFF PHOTOGRAPHER / REUTERS

NUEVA YORK, 27 Abr. (Notimérica/EP) -

   El condado de Marín, en el Estado de California (EEUU), tenía en su subsuelo uno de los poblados indígenas más ricos de toda la zona de la bahía de San Francisco, perteneciente a la tribu Miwok, y de 4.500 años de antigüedad, pero se ha decidido su recalificación para construir una zona de residencias de lujo.

   La comunidad de Rose Lane en Larkspur, Colorado (EEUU), se ha extendido hasta el condado de Marín para continuar su concepto de viviendas de lujo, esta vez sobre una necrópolis indígena, en la que prevén invertir unos 55 mil millones de dólares, según ha publicado el diario estadounidense 'San Francisco Chronicle'.

   Los indios federados de Graton Ranchería han preferido que todo lo encontrado se entierre en otro lugar y se pavimente encima, con el fin de que no sea estudiado y se respete su ancestralidad.

   El lugar, una necrópolis más antigua incluso que la tumba de Tutankamón, es tan rico en historia que ha sido apodada el "yacimiento abuelo" y fue examinado bajo un gran secretismo antes de que comenzase la construcción de la ampliación de viviendas.

EL YACIMIENTO

   El lugar de 300 metros de largo contenía 600 entierros humanos, herramientas, instrumentos musicales, puntas de arpones, lanzas y palos que utilizaban antes de la invención del arco y la flecha. También se encontraron los huesos de osos pardos y negros.

   El arqueólogo Dwight Simons, que ha analizado 7.200 huesos, incluyendo la mayor colección de huesos de oso que se ha encontrado en un yacimiento prehistórico en el área de la bahía de San Francisco, ha afirmado: "Este fue un lugar de gran valor arqueológico".

   "Mi estimación de huesos y fragmentos en todo el sitio fue fácilmente de más de un millón, y probablemente más que eso. Era asombroso", ha afirmado el especialista.

TESORO PERDIDO

   Todo, incluyendo las herramientas de piedra y los ídolos creados para el comercio con otras tribus, se retiró y volvió a enterrar en un lugar no revelado, que supuestamente ha sido recalificado y se ha construido encima, destruyéndose así el registro geológico y terminando cualquier posibilidad de estudio en el futuro.

   Los líderes indios americanos decidieron remover y enterrar los restos humanos y artefactos funerarios. "La filosofía de la tribu en general es que queremos proteger nuestros recursos culturales y dejarlos tal y como están", ha explicado Nick Tipón, un antiguo miembro del Comité de Protección de los Sitios Sagrados de los indios federados de Graton Ranchería.

   A lo que ha añadido que "la idea de que estos artefactos culturales pertenecen al público es una visión colonialista". Sin embargo, muchos arqueólogos consideran que se podía haber hecho más para proteger los restos, el problema es que el trabajo se hizo bajo un acuerdo de confidencialidad, así que poco se supo del proyecto durante el proceso de toma de decisiones.