Actualizado 05/11/2014 16:04

Obama terminará su mandato con un Congreso republicano en contra

U.S. President Barack Obama speaks about the economy at Rhode Island College in
Foto: LARRY DOWNING / REUTERS

El presidente no goza del respaldo de los ciudadanos, que también se muestran críticos con los líderes republicanos

   NUEVA YORK, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -

   El presidente estadounidense, Barack Obama, es sin duda el gran perdedor de las elecciones celebradas este martes en Estados Unidos ya que el rechazo mayoritario de los ciudadanos a los candidatos demócratas, que ha aupado a los republicanos a controlar las dos cámaras del Congreso, ha sido en buena medida un voto de castigo al mandatario.

   Así, Obama deberá terminar los dos últimos años de mandato que le quedan con un Congreso controlado por los republicanos que a buen seguro intentará echar por tierra algunas de las medidas ya aprobadas y le impedirá sacar adelante otras de las que tiene pendientes y que quiere dejar como legado a Estados Unidos. No obstante, el presidente tiene poder de veto.

   El sondeo a pie de urna publicado este martes por los grandes medios estadounidenses ha puesto de manifiesto, no obstante, el descontento de los ciudadanos con el presidente pero también con los políticos en Washington, incluidos los líderes republicanos.

   Solo el 44 por ciento de los consultados aprueban la gestión del mandatario y el 34 por ciento han dicho haber votado contra Obama en estas 'Midterms', mientras que el 61 por ciento se han mostrado insatisfechos con los líderes republicanos en el Congreso.

   Sin embargo, nada de todo ello ha sido una sorpresa para el presidente, que ya a última hora del martes reconocía que tenía ante sí el peor escenario desde el que se encontró Dwight Eisenhower en 1958. Quizá por ello, Obama había optado por mantenerse al margen de la campaña electoral y no aparecer en público para no perjudicar a los candidatos demócratas.

   Pese a ello, son muchos los que creen que la baja popularidad del presidente ha jugado en su contra. "No tiene ningún sentido que hayamos tenido que luchar contra nuestro propio gobierno y nuestra propia administración y nuestro presidente para intentar encontrar un equilibrio", ha lamentado el senador demócrata por Virginia Occidental Joe Marchin.

   En las filas demócratas creen que el Gobierno podría haber hecho más para ayudar a sus candidatos en estas elecciones. "Ha sido el presidente Obama quien ha lastrado a los candidatos en todo el país", ha afirmado un ayudante demócrata en declaraciones a 'The Hill', reconociendo que "el mapa era duro" y "difícil de superar".

   "A nadie se le escapa que esta elección era más sobre Obama y la frustración con su presidencia que sobre ningún otro factor", ha incidido un estratega demócrata, si bien ha reconocido que en algunos casos la derrota también ha podido deberse a "una mala estrategia o malos candidatos".

   Por su parte, el presidente del Comité de Campaña de los Demócratas, Steve Israel, ha defendido que "podría haber sido peor". "Hicimos todo lo que estaba en nuestro control para reducir las oportunidades de elección de los republicanos y limitar sus opciones de aprovechar la ola" de descontento, ha subrayado.

¿QUÉ HARÁ AHORA OBAMA?

   Está previsto que Obama ofrezca este miércoles una rueda de prensa, en la que se espera que pida a republicanos y demócratas avanzar en cuestiones de interés común, y el viernes debería reunirse con los líderes de ambos partidos en la Casa Blanca.

   Según un miembro de su administración citado por Politico.com, tras dos años y medio en los que no ha conseguido ningún gran logro legislativo, Obama está "muy dispuesto" a llegar a acuerdos con los republicanos en asuntos como el comercio o los impuestos de sociedades.

   Pero por lo demás, no tiene intención de introducir grandes cambios en su equipo ni en sus políticas, según se ha hecho saber desde la Casa Blanca en los últimos días. Así, según este portal político, no dará marcha atrás en sus planes de usar sus poderes administrativos en determinados temas, principalmente en el de la inmigración.

   Obama seguirá una agenda progresista con la que mantener el apoyo de las bases demócratas de cara a las elecciones de 2016, en las que se elegirá a su sucesor y volverán a estar en juego las mayorías en el Congreso. "Uno no puede perder su base", ha defendido otro miembro de la Administración. "Hay que mantener la vista en la base" aunque habrá que aprobar algunas políticas que ésta no respalda, ha añadido.

   Según el 'New York Times', Obama es consciente de que no podrá sacar adelante algunas de sus prioridades antes de que termine su mandato e intentará aprovechar el breve periodo que queda desde ahora hasta que el nuevo Congreso tome posesión, el conocido como 'lame duck', para que se aprueben algunas de sus propuestas.

COLABORAR CON LOS REPUBLICANOS

   Sus asesores reconocen que lo mejor para el presidente sería que el futuro líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, quiera demostrar que su partido puede gobernar e intente llegar a acuerdos bipartidistas en algunos aspectos, según Politico.com.

   Tras revalidar su escaño este martes, McConnell ha prometido encauzar el Congreso en una "nueva dirección" y ha recordado a Obama, que "existe la obligación de trabajar juntos", aun teniendo en cuenta las enormes discrepancias que les separan.

   Sin embargo, no está claro si el resto de republicanos se mostrarán igual de dispuestos a dialogar. Así, se espera que los más conservadores, como el senador por Texas Ted Cruz (uno de los principales baluartes del Tea Party'), se muestren más reacios.

   Cruz, uno de los presidenciables republicanos para 2016, ha subrayado que "los americanos se han levantado y han dado a los republicanos otra oportunidad". En este sentido, ha defendido que ahora los republicanos tienen que "liderar" y adoptar una "agenda valiente y positiva para dar la vuelta a este país".