Publicado 11/03/2014 15:33

Una especie de estrella desintegra planetas antes de su formación

ESTRELLAS
ALMAOBSERVATORY.ORG

WASHINGTON, 11 Mar. (Notimérica/EP) -

La nebulosa de Orión cuenta con cientos de estrellas jóvenes y protoestrellas, algunas de las cuales albergan discos protoplanetarios, conocidos como proplyds.

Algunos de estos sistemas se transforman con el tiempo en nuevos sistemas planetarios, mientras que otros se desintegran por la radiación ultravioleta que emiten estrellas masivas de tipo O. Estas estrellas son las llamadas 'estrellas de la muerte'.

Un equipo de astrónomos de Estados Unidos y Canadá ha estudiado las relaciones entre las estrellas altamente luminosas de tipo O y las protoestrellas cercanas de la nebulosa de Orión y han revelado que las protoestrellas que se encuentran en un radio de hasta 0,1 años-luz (más de 965.000 millones de kilómetros) de una estrella de tipo O están condenadas a ser despojadas de sus núcleos de polvo y gas en apenas algunos millones de años, un plazo mucho más corto del que necesitan los planetas para formarse.

Rita Mann, astrónoma del Consejo Nacional de Investigación de Canadá, ha afirmado que "las estrellas de tipo O, verdaderos monstruos si se comparan con nuestro Sol, emiten enormes cantidades de radiación ultravioleta que pueden causar grandes estragos durante el desarrollo de sistemas planetarios jóvenes".

Muchas estrellas similares al Sol nacen en incubadoras estelares muy pobladas similares a la nebulosa de Orión. En algunos millones de años, los granos de polvo y las nubes de gas se fusionan para formar cuerpos más grandes y densos. Estos sistemas evolucionan hasta formar verdaderos sistemas solares con planetas grandes y pequeños para alejarse y pasar a formar parte de la población estelar galáctica.

Los astrónomos creen que las estrellas masivas de vida corta son esenciales para este proceso de formación estelar. Al llegar al fin de su vida, las estrellas masivas explotan y se convierten en supernovas, un fenómeno que siembra el área circundante con polvo y elementos pesados que terminan incorporándose a la siguiente generación de estrellas. No obstante, mientras brillen intensamente, estas enormes estrellas pueden ser mortales para los planetas de los sistemas solares embrionarios que se acerquen demasiado.

James Di Francesco, miembro del Consejo Nacional de Investigación de Canadá, ha explicado que "las estrellas masivas son calientes y cientos de veces más luminosas que nuestro Sol".

Tiempo atrás, el telescopio espacial Hubble había dejado imágenes sorprendentes de discos protoplanetarios presentes en Orión, muchos de los cuales tenían forma de gota ya que su contenido de polvo y gas era expulsado por el efecto de alguna estrella masiva cercana.

Las nuevas observaciones realizadas con ALMA han revelado la existencia de estos y otros discos protoplanetarios, que no se conocían hasta entonces, duplicando la cantidad de discos descubiertos en esa área. ALMA también pudo observar más allá de su apariencia superficial escarbando en su interior para medir la masa de estos discos.

Combinando estos resultados con otros realizados anteriormente con el Submillimeter Array (SMA) de Hawái, los investigadores han descubierto que cualquier protoestrella presente alrededor de una estrella masiva, en la zona donde hay emisiones extremas de rayos UV, sufre una rápida destrucción del material que compone su disco, según informa la web Alma Observatory.