Actualizado 28/05/2014 11:50

El MIT, los estudiantes que desbancaron a los casinos de Las Vegas

Blackjack
REUTERS

LOS ÁNGELES, 28 May. (Notimérica/EP) -

Aunque se tienda a creer que, en juegos de azar, la banca siempre gana, un grupo de estudiantes demostró en la década de 1990 que no siempre es así y que el que apuesta, no siempre pierde. Esta es la historia del equipo de Blackjack del MIT.

Bill Kaplan, un brillante alumno estadounidense, se interesó por los libros de conteo de cartas y pensó que podía utilizar un sistema matemático para hacer dinero del Blackjack. Así, decidió atrasar su comienzo en la Universidad de Harvard para juntar una fortuna apostando, según publica un reportaje de la BBC.

Tras varias discusiones con su madre, que no entendía que una persona con tan buenas calificaciones quisiera 'perder el tiempo' en esto, Kaplan se fue a Las Vegas durante un año para llevar a cabo su plan.

Era 1997 y el joven convirtió los 1.000 dólares que llevó inicialmente en 35.000 dólares en tan sólo 9 meses. Se graduó en Harvard, como dijo en su momento, y con los años siguió jugando al Blackjack en el mundo entero.

DE LA UNIVERSIDAD AL MIT

Su vida dio un giro radical cuando el líder de un grupo de estudiantes del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), que estaba interesado por el conteo de cartas, escuchó hablar de sus aventuras en Las Vegas. Le pidió que dirigiera y entrenara al que, posteriormente, sería conocido como el equipo de Blackjack del MIT.

Fue en el año 1992 cuando Kaplan y sus compañeros vieron una gran oportunidad para ellos, en un momento en el que la industria del juego y los nuevos megacasinos estaban en auge.

Varios amigos y socios, que habían seguido de cerca las ganancias del equipo, invirtieron 1.000.000 de dólares para financiar una nueva empresa, 'Inversiones Estratégicas', cuyo fin era el de capacitar a estudiantes buenos en el conteo de cartas para enviarlos después a los diversos casinos a arrasar.

Muy pronto, los anfitriones de los casinos empezaron a 'tener entre algodones' a estos estudiantes, en los que veían a importantes clientes. Los alumnos, acostumbrados a comer en el comedor y compartir habitaciones, empezaron a disfrutar de los privilegios VIP y se acostumbraron a llevar una alta suma de dinero encima.

Sin embargo, la presión también fue aumentando a medida que los jugadores fueron detectados por los casinos y se les prohibió jugar. Varios casinos contrataron detectives privados para encontrar a aquellos que estaban desbancándoles, dando con las direcciones de varios de ellos.

Muchos se preocuparon por el miedo a ser detenidos, pero Aponte -uno de los estudiantes del MIT, de 22 años- comenta que los guardias eran normalmente inofensivos. "Te dan un golpecito en la espalda y el hombre de seguridad te dice: 'Mike, la gerencia del casino ha decidido invitarte a jugar a cualquier juego, excepto blackjack", señala.

Varios miembros del grupo se dieron por vencidos y decidieron retirarse al ser capturados, pero otros optaron por vías más drásticas, o ambiciosas, para quedarse en el equipo.

Kaplan recuerda cómo uno de los integrantes permaneció jugando como observador, haciendo señas a su pareja para que apostara lo que él mandaba. "Se afeitó la cabeza, se puso una peluca, se vistió como mujer y siguió jugando por mucho tiempo. Era un tipo muy buen mozo", señala.

EL FIN DEL MIT

La incesante presión pudo con el equipo y terminó con la disolución de 'Inversiones Estratégicas' en diciembre de 1993, lo que supuso el final de la carrera de Kaplan en Blackjack. En ese momento, el grupo contaba con 80 jugadores.

"Como jugador es una experiencia increíble, pero como gerente, podía tener 10, 20, 30 personas jugando en cinco casinos diferentes, algunos en Las Vegas, algunos en Nueva Orleans, algunos en Canadá. Manteníamos un registro de sus juegos, para asegurarnos de que nadie estaba robando", confiesa Kaplan.

La empresa tuvo éxito, pero no todo el que se esperaba, sobre todo después de dividir las ganancias entre tantos jugadores e inversionistas. El líder del MIT, Kaplan, decidió invertir la cantidad que ganó en otros negocios y propiedades.

El que, sin embargo, no abandonó el juego fue Aponte, que decidió formar otro equipo. Los grupos que nacieron de 'Inversiones Estratégicas' aprendieron de su experiencia y, aunque Aponte se hizo demasiado reconocible como contador de cartas, sigue ganándose la vida con el juego.

No sólo obtuvo el primer premio de la Serie Mundial de Blackjack en 2004, sino que, a día de hoy, enseña a jugar a la gente y asesora a varios casinos.

"Logramos algo que muy pocos han logrado. Todo el mundo sabe la regla de oro de que no se puede vencer a la banca en el largo plazo, pero eso es exactamente lo que fuimos capaces de lograr", concluye Aponte.