Actualizado 28/05/2014 20:50

Muere la inconformista poeta Maya Angelou

Michelle Obama con la poeta  Maya Angelou
Foto: REUTERS

WASHINGTON, 28 May. (Notimérica/EP) -

   Inconformista e irreverente, la estadounidense Maya Angelou, que fue además de una reconocida poeta, una incansable luchadora por los derechos civiles, ha fallecido este miércoles a los 86 años en su casa de Winston-Salem, Carolina del Norte, según ha informado Notimex.

   Considerada la primera cineasta de raza negra de Hollywood, Angelou fue poeta, actriz y bailarina, además de camarera y de hecho, en sus poesías se podía entrever los orígenes humildes en los que creció.

   Experimentó la segregación racial que se daba en el sur de Estados Unidos, como queda patente en su autobiografía "I know why the caged bird bings", en la que también cuenta que su infancia quedó marcada después de que el novio de su madre la violara.

   Creció rodeada de pobreza junto a su madre, que ejercía la prostitución, pero los versos acabarían por transformar su vida y la situarían como una de las primeras intelectuales de raza negra. Su tenacidad hizo que se convirtiera en una luchadora infatigable por la democracia y los derechos civiles, y de hecho, en 2010 el presidente Barack Obama le otorgó la Medalla de la Libertad.

    Nominada al Pulitzer de Literatura, Angelou también practicó el periodismo en los años de la descolonización africana en Egipto y Ghana. Pero el éxito no solo llegaría a través de la escritura, en el teatro optó a un Tony y la música le reportó innumerables reconocimientos al ser galardonada con tres premios Grammy.

   Se convirtió en profesora universitaria de Estudios Americanos de la Universidad de Wake Forest Unisity en Winston-Salem, Carolina del norte, y a lo largo de su vida, más de 30 universidades le otorgaron la distinción de doctora honoris causa.

   Una escritora que creció en un entorno dominado por la pobreza pero que gracias a su tenacidad y a la escritura se acabó convirtiendo en una intelectual, incapaz de olvidarse de la dureza que dominaba el mundo en el que creció.