Publicado 15/04/2014 05:01

RESUMEN 2-Insurgencia separatista crece en Ucrania; Obama y Putin hablan por teléfono

* Presidente interino amenaza con gran operación contra rebeldes

* Insurgentes ignoran llamado a deponer las armas

* UE amenaza con más sanciones

(Actualiza con detalles de conversación telefónica entre Obama y Putin)

Por Thomas Grove y Gabriela Baczynska

SLOVIANSK/DONETSK, Ucrania, 14 abr, 15 Abr. (Reuters/EP) -

- Separatistas pro rusos ignoraron el lunes un ultimátum para abandonar edificios estatales ocupados en el este de Ucrania y otro grupo de rebeldes atacó una comisaría, sin que se concretara una amenaza de ofensiva militar lanzada por Kiev.

Más tarde el lunes, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, criticó a Rusia en una conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladimir Putin, diciendo que las acciones de Moscú en Ucrania no conducen a una solución diplomática.

El Kremlin dijo que había solicitado la llamada telefónica. La Casa Blanca fue franco y directo.

"El presidente Putin pidió a Barack Obama que realizar su mayor esfuerzo por aprovechar las opotunidades que Estados Unidos tiene para evitar el uso de la fuerza y una matanza", dijo el Kremlin en un comunicado.

La Casa Blanca ha advertido a Rusia que enfrentará nuevos costos por sus acciones en Ucrania, pero Washington aclaró previamente el lunes que Estados Unidos no está considerando brindar ayuda letal a Ucrania.

En tanto, los ministros de Relaciones Exteriores europeos acordaron nuevas sanciones contra Moscú, y la Casa Blanca dijo que Washington está buscando formas de imponer más "costos" a Rusia por acciones que Kiev y sus aliados occidentales catalogan como un complot para desmembrar Ucrania.

Los rebeldes en la ciudad de Sloviansk, que se esperaba fuera blanco de una operación "antiterrorista" del Ejército, lanzaron un pedido de ayuda al presidente ruso, Vladimir Putin.

El presidente interino de Ucrania, Oleksander Turchinov, dijo el lunes que la acción militar seguiría adelante. Pero en una señal de desacuerdo en Kiev, despidió al jefe de seguridad a cargo de la operación.

Turchinov también dio un paso arriesgado al decir que no está en contra de un referendo sobre el futuro del Estado de Ucrania. Sugirió que la consulta en toda la nación podría realizarse junto con la elección presidenciales, el 25 de mayo.

Los separatistas quieren que se realicen consultas, pero sólo en las regiones del este, lo que Kiev dice que es ilegal.

La llegada de hombres armados y uniformados que han tomado edificios en ciudades en el este del país comenzó hace ocho días y se ha acelerado en las últimas 48 horas. Los separatistas controlan cada vez más dependencias en nombre de una autoproclamada "República Popular de Donetsk".

El ministro de Relaciones Exteriores británico William Hague anunció más tarde el lunes que los ministros acordaron expandir la lista de rusos impedidos de viajar o hacer negocios en la UE.

Kiev dice que los separatistas están organizados por Moscú y que entre ellos hay tropas rusas, que buscan repetir la toma de control de Crimea, que Rusia se anexionó el pasado mes.

Rusia dijo que los hombres armados son personas que actúan por su cuenta, pero destacó que mantiene su derecho a intervenir para protegerlas. La OTAN dice que Moscú tiene decenas de miles de soldados junto a la frontera con Ucrania.

Al vencer el plazo de las 09.00 hora local (0600 GMT) emitido por las autoridades en Kiev, un periodista de Reuters en Sloviansk -donde hombres armados han ocupado dos edificios del Gobierno- dijo que no había señales aparentes de que los rebeldes estuvieran cediendo.

RUSIA OBSERVA CON "PREOCUPACION"

No obstante, uno de los líderes rebeldes, solicitó a Putin a través de periodistas que "nos ayude tanto como pueda".

En respuesta a la solicitud, el portavoz del mandatario ruso indicó: "Desafortunadamente hay muchas peticiones que vienen de regiones del este de Ucrania dirigidas directamente a Putin para intervenir de una u otra forma".

"El presidente (Putin) observa los acontecimientos en el este de Ucrania con gran preocupación", añadió Dmitry Peskov.

En la ciudad de Horlivka, al menos 100 separatistas atacaron una comisaría, dijo a Reuters un testigo. Imágenes de la televisión ucraniana mostraron una ambulancia que atendía a personas aparentemente heridas en el ataque.

En total, los separatistas han tomado edificios estatales e instalaciones de seguridad en 10 ciudades.

En Sloviansk, a unos 150 kilómetros de la frontera con Rusia, un pequeño aeródromo ocupado por aviones ucranianos estaba vacío el lunes, y las fuerzas proseparatistas dijeron que está bajo su control.

Indignado por la muerte de un oficial estatal de seguridad y las heridas a dos camaradas cerca de Sloviansk, Turchinov advirtió a los rebeldes el domingo que se desplegaría una operación antiterrorista a gran escala que incluiría al Ejército, a menos que depusieran las armas.

La advertencia aumentó el temor de una posible intervención militar como en Crimea, territorio que Moscú anexó en marzo.

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia dijo que los planes de una operación militar eran una "orden criminal" y que Occidente debería controlar a sus aliados en el Gobierno de Ucrania.

El nuevo elemento en la operación anunciada por Turchinov es la inclusión del Ejército, que no ha intervenido en más de cuatro meses de agitación y todavía no se ha empleado en los conflictos internos.

Turchinov y otros líderes culpan a Rusia -que anexó Crimea después de que el ex presidente respaldado por Moscú Viktor Yanukovich huyó- de inspirar y organizar las rebeliones en Sloviansk y otras ciudades ruso parlantes en el este de Ucrania.

La crisis ha llevado las relaciones entre Rusia y Occidente a su punto más tenso desde el fin de la Guerra Fría en 1991 y conlleva el riesgo de desatar una "guerra del gas" que podría interrumpir el suministro de energía en Europa.

La bolsa rusa y el rublo bajaban con fuerza el lunes, reflejando el temor a una mayor intervención rusa en Ucrania y más sanciones contra Moscú.

Hasta ahora, Rusia ha hecho caso omiso a las sanciones, que Occidente ha diseñado para que afecten sólo a pocos responsables y para evitar un mayor daño económico.