WASHINGTON, 23 Ene. (Reuters/EP) -
Una filial del Banco Mundial, dedicada al sector privado, ha aceptado este miércoles las críticas de un regulador, al entender que debería haber hecho mejor su trabajo al revisar a una empresa hondureña a la que se le concedió un préstamo de unos 30 millones de dólares (más de 22 millones de euros), ya que la compañía está acusada de estar vinculada a múltiples muertes.
En concreto, ha indicado que "debería haber investigado con mayor minuciosidad" a Corporación Dinant, una compañía de aceite de palma que tiene su sede en Tegucigalpa, antes de aprobar el crédito, y ha insistido en que existen denuncias contra el dueño de la empresa por haber planificado el asesinato de un activista medioambiental --de las que, sin embargo, fue absuelto--.
Según un informe del Defensor del Pueblo de la Corporación Financiera Internacional (CFI), la búsqueda de noticias estándar, como exigen las normas del Banco Mundial, habría bastado para ver las denuncias, que también indicaban que las propiedades de la empresa estaban sirviendo como puestos de paso para traficantes de drogas.
Dinant opera en la fértil región de la costa caribeña de Honduras, que desde el 2009 ha sido sede de enfrentamientos que dejaron más de 100 muertos, según la Comisión Nacional Hondureña por los Derechos Humanos. Según el citado informe, la compañía "se involucró indirectamente en una de las disputas territoriales más espinosas de América Central".
De hecho, varias organizaciones sociales han acusado a la empresa y a sus guardias de seguridad de violaciones a los Derechos Humanos, incluyendo asesinatos y desalojos de campesinos que ocupaban las tierras en disputa.
Tras la publicación del texto, esta sección del Banco Mundial, que tiene como meta estimular la inversión privada en países en vías de desarrollo, ha dado marcha atrás y ha asegurado que cancelará el préstamo si Dinant no fortalece su vínculo comunitario y revisa sus prácticas de seguridad.