TEGUCIGALPA, 14 Jun. (Notimérica/EP) -
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, se ha referido a los niños inmigrantes que viajan solos hacia la frontera de Estados Unidos como "desplazados de guerra" y pide al Gobierno de Barack Obama más apoyo ante el problema de la inseguridad en Centroamérica derivado del narcotráfico.
"Si hiciéramos un esfuerzo en conjunto, realmente efectivo, no estarían viniendo los niños en las cantidades que están viniendo", ha dicho Hernández, después de que el Gobierno estadounidense mostrase su preocupación por el elevado número de menores de edad sin compañía de un adulto que cruzaban su frontera.
En concreto, entre octubre de 2013 y mayo de 2014, más de 47.000 menores no acompañados, en su mayoría provenientes de Centroamérica, cruzaron la frontera hacia los Estados Unidos, casi el doble que en los 12 meses anteriores, según confirmó el secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Jeh Johnson.
Sin embargo, durante su visita a la capital estadounidense, Hernández ha aprovechado para reclamar una mayor cooperación del Gobierno norteamericano en la región, tras denunciar que es algo "mínimo" lo que viene haciendo hasta la fecha para hacer frente a esas organizaciones criminales que operan en Centroamérica e introducen la droga en Estados Unidos.
"Estados Unidos debe hacer más. Hay sectores aquí que creen que este problema es solo de América Central", ha añadido el mandatario hondureño, que atribuye el creciente flujo migratorio a la violencia generada por el narcotráfico y no sólo al deseo de reunirse con sus padres en Estados Unidos, tal y como informa el diario 'El Heraldo'.
Por su parte, el presidente ha anunciado que en los próximos días aumentará de tres a siete el número de consulados hondureños en territorio mexicano, que se ubicarán a lo largo de la ruta que siguen los inmigrantes hacia el norte.
Estados Unidos ha advertido de que planea deportar a los menores sin un acompañante adulto procedentes Guatemala, El Salvador y Honduras que han llegado a su frontera sur durante los últimos ocho meses, algo que el embajador hondureño en Estados Unidos, Jorge Milla Reyes, ha criticado por considerar que viola algunas normas pactadas en tratados internacionales.