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MEXICO DF, 20 dic, 20 Dic. (Reuters/EP) -
- La junta de Gobierno del banco central de México decidió de forma unánime no mover la tasa clave de interés a comienzos de mes por un benévolo panorama para la inflación, pero reconoció que hay riesgo de que la moneda se deprecie si regresa la volatilidad financiera global.
Los cinco integrantes de la junta estuvieron de acuerdo en mantener la tasa de interés interbancaria a un día en 3.50 por ciento, un nivel que fijó en octubre y que considera congruente con su objetivo de inflación, según la minuta de la reunión difundida el viernes.
Aunque el panorama para la inflación local no ha cambiado con respecto a meses previos, para algunos integrantes de la junta hay un sesgo alcista debido a los riesgos de que el peso se debilite.
"La mayoría identificó como riesgo al alza la posibilidad de una depreciación del tipo de cambio, la cual podría originarse de episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales, si bien apuntó que los mercados nacionales se han comportado de manera ordenada", dijo la minuta.
El peso mexicano ha operado volátil en los últimos meses, aunque manteniendo como eje el nivel de 13 unidades por dólar en medio de la especulación sobre el futuro del plan de estímulo de la Reserva Federal de Estados Unidos y el influjo positivo generado por el progreso de reformas estructurales.
El Banco de México mantuvo la tasa clave de interés intacta en su aviso del 6 de diciembre, por considerar que prevalece un considerable grado de holgura en la economía.
La mayoría de los miembros no anticipan presiones sobre los precios en el horizonte próximo, indicó el documento.
La economía mexicana perdió impulso desde la segunda mitad del 2012 a la par de un menor dinamismo de su socio Estados Unidos y de una lenta ejecución del gasto público, a lo que se sumó el impacto de lluvias torrenciales en el tercer trimestre.
El Producto Interno Bruto (PIB) de México, la segunda mayor economía de América Latina, podría crecer este año un 1.3 por ciento y expandirse hasta un 3.9 por ciento el próximo, según previsiones del Gobierno.
El presidente Enrique Peña Nieto consiguió en su primer año de Gobierno la aprobación de complejas reformas estructurales que habían estado pendientes durante más de una década y con las que busca mejorar el crecimiento económico del país, en particular una para permitir mayor apertura privada en el sensible sector energético.