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MÉXICO DF (Notimérica/EP)
El sufrimiento de las madres mexicanas y centroamericanas que vieron morir a sus hijos por culpa de la violencia queda retratado en la última intervención artística de Betsabée Romero, en la que transforma uno de los tradicionales Altares de Dolores que inundan México en Semana Santa, al sustituir a la Virgen María por las fotografías de algunas de las numerosas mujeres que han perdido recientemente a sus seres queridos.
Romero transforma uno de los altares que veneran a la Virgen María para consolarla ante la pérdida de su hijo, con el objetivo de denunciar la cruel violencia que soporta esta zona del continente. Una obra que se pude visitar hasta el 11 de mayo en el Antiguo Colegio de San Ildefonso de Méxio DF y que lleva por nombre 'Altar de Dolores: con el dolor y la fragilidad'.
"La mujer en nuestro país tiene el rol de servir de sustento emocional. Debe padecer, sobrevivir y luchar contra las pérdidas, especialmente en esta época de tanta violencia. En este caso no quise representar a una sola virgen dolorosa, sino a las miles de dolorosas que padecen la pérdida de sus hijos desaparecidos o muertos", ha destacado Romero en una entrevista para el diario mexicano 'Milenio'.
Una artista que se caracteriza por romper con lo establecido y que, en esta ocasión, ha querido plantarle cara al sufrimiento que impone el narcotráfico al convertir en protagonistas a todas aquellas mujeres cuya vida ha quedado marcada por la violencia.
Muestra los retratos de mujeres de Oaxaca o Ciudad Juárez y los de numerosas madres de migrantes centroamericanos que perdieron la vida al tratar de sobrepasar la frontera que separa México de Estados Unidos.
"No se trata de un altar al uso en el que se representa el viacrucis y se puede apreciar dolor, heridas y violencia, sino que aquí se busca que ese dolor germine en la conciencia de la gente; porque de hecho, es esto lo que nos permite seguir hacia adelante", ha destacado la artista mexicana.
Romero se sirve de la tradición para venerar a todas aquellas mujeres que soportan la injusticia y sufren en silencio las muertes de sus hijos. Una forma de lanzar un grito y denunciar el terror bajo el que viven numerosos mexicanos cuyas vidas están expuestas a los dictados que marca la violencia.