MADRID 9, (Notimérica/EP)
Ciudad de México se aleja de los museos tradicionales. Entre sus más de 150 espacios de exposición, encontramos propuestas insólitas como el Museo del Nacotráfico o la Isla de las Muñecas. Nos hablan del pasado y la sociedad de México, pero también de las excentricidades de algunos compatriotas.
El la capital mexicana podemos visitar museos y pinacotecas tradicionales, como el Museo Nacional de Antropología, de arte prehispanico, o el gran complejo del Museo Soumaya. Este último alberga la colección privada de arte más grande de América Latina, propiedad del empresario mexicano Carlos Slim.
Junto a estos conviven museos menos conocidos, como el Museo del Narcotráfico, el Museo de la Tortura, el Museo del Objeto,o la Isla de las Muñecas, según publica 'BBC'.
El Museo del Narcotráfico exhibe las excentricidades de los jefes de los carteles, tales como armas bañadas en oro y con incrustaciones de piedras preciosas o imágenes del santo del narcotráfico. Pertenece a la Secretaría de la defensa Nacional y no está abierto al público, sino que se usa para instruir a las fuerzas que que combaten el tráfico de drogas en el país.
La Isla de las Muñecas es el resultado de la obsesión de Juan Santana, un hombre que reunió cientos de muñecas de plástico. Las sacó de la basura y las colocó en árboles, troncos e incluso la cerca de la propiedad. Su objetivo era alejar el espíritu de una chica que aparecía en su casa. Hoy podemos ver esta extraña reunión de muñecas en el islote de chinampa, en la zona de Xochimilco, al sur de la ciudad.
El museo de la Tortura, con instrumentos utilizados por la Santa Inquisición, prueba de los aspectos más crudos de su pasado colonial. También mira al pasado el Museo del Objeto, que exhibe objetos cotidianos que formaban parte de la vida de los mexicanos desde los inicios del siglo XIX. Latas de refresco, uñas postizas, periódicos o carteles nos hablan de la sociedad y tendencias decimonónicas y del siglo pasado.
Las autoridades de Ciudad de México afirman que la capital es una de las ciudades del mundo con más museos, con más de 150. Paradójicamente, la mayoría de los mexicanos no acuden a estos espacios.