MÉXICO DF, 21 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los estados colindantes con Michoacán --entre los que se encuentran Jalisco, Colima, Guerrero, Estado de México, Guanajuato y Querétaro-- han decidido blindarse ante los "eventuales efectos" de la intervención del Ejército y la Policía Federal en el territorio de Tierra Caliente.
Esto es lo que se desprende de una reunión entre el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y los gobernadores de los citados estados, que comparten frontera con Michoacán, tal y como ha recogido el diario mexicano 'Milenio'.
La decisión ha sido tomada con el objetivo de hacer frente, de forma conjunta, a los "eventuales efectos que pudieran tener las acciones de seguridad que se llevan a cabo en territorio michoacano". Se trata de acciones de prevención y protección destinadas a la población local.
Al encuentro también han acudido los secretarios de la Defensa Nacional, General Salvador Cienfuegos; de Marina, Almirante Vidal Soberón; el procurador Jesús Murillo Karam; y el director del CISEN, Eugenio Ímaz Gispert.
CRISIS EN MICHOACÁN
Michoacán vive una de sus peores crisis de seguridad desde la semana pasada, cuando los grupos de autodefensa asaltaron el municipio de Apatzingán, dando lugar a tiroteos, saqueos e incendios, incluso en la Alcaldía, que se saldaron con la muerte de una persona.
Desde entonces, las también llamadas policías comunitarias han irrumpido en otras muchas localidades, lo que ha obligado al Gobierno de Enrique Peña Nieto a desplegar a las fuerzas federales y a crear el cargo de comisario federal de Seguridad de Michoacán.
El objetivo de los grupos de autodefensa michoacanos es expulsar de la zona a Los Caballeros Templarios, que se han instalado en este estado para controlar este importante punto de la ruta de la droga hacia Estados Unidos, con el consecuente aumento de la violencia.
En el último año se han multiplicado los grupos de autodefensa, sobre todo en las zonas rurales de México, con el único objetivo de erradicar el crimen organizado, según dicen, ante la pasividad de las autoridades y las fuerzas de seguridad.