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MADRID, 19 Dic. (Reuters/EP) -
El representante de Pemex en el consejo de Repsol, Arturo Henríquez, ha señalado este miércoles que la reforma energética aprobada por el Congreso mexicano supone "un gran hito" y ha añadido que podría ayudar la relación con la española Repsol, que actualmente se encuentra deteriorada.
La convivencia entre el grupo mexicano, accionista fundador de Repsol, y la empresa española empezó a deteriorarse hace dos años tras un fallido intento de desplazar al presidente ejecutivo, Antonio Brufau. La tensión aumentó el mes pasado cuando el consejero de Pemex en Repsol se quedó solo en una votación que avaló la gestión de Brufau.
"Aún hay tiempo para recuperar una relación que permitiría aprovechar oportunidades tanto en México, donde hay grandes recursos energéticos pendientes de explotar, como fuera del país", ha apostillado Henríquez, en declaraciones a la agencia Reuters.
"Tenemos una inversión (en Repsol) y hay que analizarla tal cual porque vamos a tener futuras inversiones", ha afirmado. "Hoy el contexto cambió y queremos evaluar si Repsol es un aliado para esta nueva era. Si lo es, excelente, hay que potenciarlo y, si no lo es, también hay que tomar una decisión", ha sentenciado.
Henríquez, que ha señalado que también analizan una alianza con Shell en Texas, donde comparten la explotación de una refinería, ha mostrado su preferencia por Repsol para futuras asociaciones, pero ha dejado claro que tenían "un amplio abanico de opciones".
"Estamos en una situación privilegiada, estamos de moda al ser el último país en abrir el sector energético. Ahora todos quieren venir a México", ha dicho el portavoz de Pemex, que ha valorado el idioma como un nexo entre ambas empresas, que "ayuda a conocerse un poco mejor".
El Congreso mexicano aprobó la semana pasada una profunda reforma energética que busca atraer grandes inversiones privadas para aprovechar el potencial del décimo productor mundial de petróleo, que tiene estancada su producción de hidrocarburos y acumula enormes reservas.
En el marco de la reforma, Pemex se quedará con algunos de los activos en los que más ha invertido bajo un régimen fiscal mucho más favorable y con la posibilidad de asociarse con otras firmas y salir al exterior, mientras que el Estado ofrecerá otros bloques a potenciales inversores, incluyendo la propia Pemex.