Actualizado 20/01/2014 17:19

El pueblo Mexica comía carne humana en los rituales religiosos

Celebración religiosa prehispánica de los habitantes de Tenochtitlán
Foto: REUTERS

MÉXICO DF, 20 Ene. (EUROPA PRESS) -

   El pueblo Mexica comía carne humana como una forma de practicar la comunión con la divinidad, una práctica reservada a aquellos de mayor rango social que tenían a las piernas y los brazos como las partes más apreciadas, reservando las manos y los píes al gobernante o al gran sacerdote, mientras que la sangre se consideraba el alimento de los dioses.

   Aunque la antropofagia nunca llegó a figurar como un alimento habitual en su dieta, constituía un elemento importante en determinadas celebraciones como las fiestas del primer mes del año en el calendario mexica, cuando sacrificaban a niños en honor de los dioses, del agua o de la lluvia, y después de muertos los cocían y comían.

   Este descubrimiento realizado por el arqueólogo Gabino López Arenas, a través del análisis de restos óseos del Recinto Sagrado de Tenochtitlan, demuestra que para los mexicas llegar a comer carne humana era un privilegio al que solo tenían acceso gobernantes, sacerdotes y aquellos guerreros que habían hecho cuatro prisioneros en batalla, según informa el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en un comunicado.

   "Se observó que a las víctimas inmediatamente después de ser inmoladas se les descarnaba, ya que una gran cantidad de partes óseas presentaba cortes o alteraciones que fueron hechos en hueso fresco y huellas de que estuvieron expuestos directamente al fuego", afirmó López Arenas.

   Esta práctica tenía como propósito absorber la fuerza divina que albergaba el cuerpo de los sacrificados, ya que para los mexicas, las víctimas humanas eran la encarnación de los dioses y al comer su carne, practicaban una especie de comunión con la divinidad.