Actualizado 17/03/2014 19:12

Gobierno de Paraguay acusa a los sindicatos de querer la huelga

Trabajadores paraguayos (2009).
Foto: REUTERS

ASUNCIÓN, 17 Mar. (Notimérica/EP) -

   El ministro de Trabajo de Paraguay, Guillermo Sosa, ha acusado este lunes a los sindicatos de querer ir a la huelga general y dejar de lado el diálogo, así como de exigir reivindicaciones "que no se pueden cumplir", en relación a la petición de los trabajadores de aumentar el salario mínimo en al menos un 25 por ciento.

   "Este país no necesita huelga para solucionar sus problemas, el país necesita el diálogo, sentarse en la mesa y que cada uno aporte lo suyo, no exigiendo cosas que no se pueden cumplir", ha expresado Sosa, quien ha asegurado que los representantes sindicales "no quieren negociar", sino acudir a la huelga.

   Sosa ha valorado que acceder a las peticiones de mejoras laborales exigidas por los sindicatos y la centrales obreras significaría la destrucción de la economía paraguaya.

   "Esta huelga es innecesaria, es injusta para la mayoría de la población que necesita trabajar... Ellos no quieren el diálogo, no quieren negociar, ellos sólo quieren la huelga", ha aseverado el ministro de Trabajo, tal y como ha apuntado el diario paraguayo 'Última Hora'.

   Las palabras de Sosa se han producido días después de que los representantes de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Paraguay desechará su iniciativa de instalar una mesa de diálogo a cambio de desconvocar la huelga general prevista para el próximo 26 de marzo, la cual cuenta con el beneplácito y apoyo de los principales sindicatos laborales del país.

   La cuestión de la subida del salario mínimo, unos 360 dólares, es el principal foco de desencuentro entre Gobierno y trabajadores. Si bien el Ejecutivo asegura que un incremento del 10 por ciento es "justo", los sindicatos defienden un aumento del 25 por ciento, pues como han denunciado en varias ocasiones, los precios de los productos básicos y el transporte no dejan de aumentar, por lo que acudir al mercado negro se ha convertido en una mera cuestión de supervivencia.

   Por su parte, y ante la posibilidad de frenar la convocatoria , Sosa ha advertido que dicha huelga podría ser declarada ilegal por su alto contenido ideológico. El titular de Trabajo ha esgrimido que las calificaciones de los sindicatos hacia el Gobierno, al que tachan de neoliberal, son argumentos suficiente para considerar el carácter partidista e ideológico de esta movilización.

   Sosa ha recordado que el actual Código Laboral contempla la posibilidad de prohibir una movilización de este tipo si se demuestra que la marcha es ideológica y que los trabajadores podrían sufrir descuentos en sus salarios si secundan la huelga en un día laboral.

REIVINDICACIONES DE LOS TRABAJADORES

   La Central Nacional de Trabajadores (CNT), con el apoyo de otros sindicatos y agrupaciones sociales y campesinas, hizo públicas las reivindicaciones laborales por las que han decidido convocar una huelga general para el 26 de marzo. Entre ellas, está el eterno problema en la sociedad paraguaya del salario mínimo, fuente de varias disputas con el Ejecutivo.

   Los trabajadores, que tienen que acudir al contrabando para completar las necesidades básicas, han rechazada la propuesta del Gobierno de subir en un 10 por ciento el salario mínimo y han sostenido que el reajuste del mismo debería ser del 25 por ciento.

   En ese sentido se mueven el resto de peticiones. Los sindicatos exigen que los precios de los productos básicos estén regulados por ley; que se reduzca el precio del transporte público, al cual muchas familias destinan hasta el 30 por ciento de su salario; que los seguros sociales se amplíen a más sectores de la sociedad; y que la ley de Alianza Público-Privada (APP), una de las principales medidas del Gobierno de Horacio Cartes, sea suprimida ya que busca la privatización de los recursos y servicios públicos del país.