Actualizado 11/02/2014 13:21

Rechazan petición de indígenas para no destruir el bosque del Chaco

Indígena
Foto: SURVIVAL INTERNATIONAL

ASUNCIÓN, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -

   El ganadero brasileño Marcelo Bastos Ferraz  ha rechazado la petición de la tribu ayoreo, pueblo indígena del Chaco Boreal, que vive en la frontera de Paraguay y Bolivia, para que se deje de destruir el bosque en el que habitan.

   En un inusual encuentro entre miembros de la tribu ayoreo, la ministra de la Secretaría del Ambiente de Paraguay, Cristina Morales,(SEAM) y el ganadero brasileño Marcelo Bastos Ferraz, responsable de la destrucción de la tierra del pueblo indígena, los ayoreos dijeron que "el objetivo de los ganaderos es deforestar, pero ese no es nuestro fin. Queremos proteger el bosque".

   Los ayoreos que viven aislados en esas tierras podrían resultar aniquilados por las enfermedades que contraen de los foráneos. Los testimonios recopilados de los indígenas confirman que éstos viven con el constante temor a que las topadoras destruyan su isla de bosque, según informa un comunicado de prensa de Survival International.

   En el corazón del territorio indígena hay una parcela de unas 78.000 hectáreas que pertenece a la firma brasileña Yaguarete Porá, que posee Ferraz. La compañía ha estado deforestando ilegalmente el bosque de los ayoreos para dar paso a la carne de vacuno destinada a los mercados europeos, rusos y africanos. Recientemente recibió una licencia ambiental para talar más bosque, medida que desató la indignación internacional.

   Un hombre ayoreo le dijo a la ministra Morales: "Mi madre y yo vivíamos en el bosque. Sabíamos que había muchas enfermedades. Después de que fuéramos contactados en 1986, buena parte de nuestro pueblo murió, incluida mi madre. No queremos que vuelva a pasar otra vez", declaró el indígena.

   Morales comunicó a los ayoreos que no había nada que ella pudiera hacer para devolverles su tierra.

   Hallazgos recientes han revelado que el bosque del Chaco paraguayo está siendo deforestado a un ritmo más rápido que cualquier otro bosque del mundo, y los indígenas están desesperados por salvarlo de la destrucción.

   "El Gobierno paraguayo está completamente al tanto de lo que está sucediendo, pero aún así sigue permitiendo la destrucción del bosque de los ayoreos y que sus vidas se encuentren amenazadas. Necesitamos atraer más y más la atención pública hacia la campaña para pedir que la vida y el bosque de los ayoreos no contactados se proteja", declaró Nixiwaka Yawanawá, un indígena amazónico que trabaja con Survival International.