LIMA, 18 Sep. (Notimérica/EP) -
Las mujeres están subrepresentadas en la jerarquía de las empresas de Perú, con respecto a su participación en el total de la población del país. En los puestos ejecutivos y de alta dirección son solo el 29 por ciento del total, y las cifras empeoran en las empresas nacionales, con capital mayoritariamente peruano.
Es el resultado de un estudio del Instituto 'Great Place to Work' de Perú, que ha realizado más de 50.000 encuestas en 60 empresas peruanas durante el año 2013.
Esta baja representación no es exclusiva de los puestos ejecutivos y de alta dirección; en los puestos de operarios las mujeres suponen solo un 16% del total.
Por otro lado, en los cargos de empleados y jefes supervisores de rango medio, los datos mejoran y el porcentaje de participación de las mujeres llega al 40% e incluso lo supera.
Este fenómeno, por el cuál las mujeres se encuentran con un "techo de cristal" porque no hay circulación entre las posiciones de mandos intermedios y la alta dirección, se conoce como el síndrome de "tuberías" y ocurre en todo el mundo. Pero el informe destaca que es mucho mayor en las empresas de capital peruano, respecto a otras empresas afincadas en Perú, pero de capital en su mayoría extranjero.
El estudio preguntaba a las mujeres sobre la igualdad de trato percibida en sus centros de trabajo, la posibilidad de ascenso y remuneraciones en relación con sus méritos, el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, y la posibilidad de coordinar ausencias del centro de trabajo para atender asuntos personales.
Los datos se explicarían, según el Instituto, por la cultura organizacional del país. Históricamente, son los hombres los que han ocupado los puestos directivos y estos ascienden a los de su género. La otra razón sería que las mujeres necesitan más flexibilidad laboral, porque compatibilizan su carrera profesional con el cuidado de sus hijos.
El Informe propone soluciones como políticas públicas que obliguen a las empresas a cumplir unas cuotas de participación femenina -aunque esto no garantiza resultados basados en méritos- cambiar la cultura de "presencia en la oficina" por una de "manejo de los tiempos" más flexible, y dar las mismas oportunidades a hombres y mujeres para que acumulen los méritos y experiencia que les lleven a la alta dirección.