LIMA, 26 May. (EUROPA PRESS) -
El ex presidente de Áncash, César Álvarez, ha sufrido una descompensación debido a su encarcelamiento por la investigación judicial sobre la supuesta trama criminal que lideró durante su gestión de esta región peruana.
Según ha informado hoy RPP, Álvarez sufrió el pasado domingo un cuadro de depresión y claustrofobia por el tiempo que lleva recluido en la sede de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri), en Lima.
Álvarez tuvo que ser trasladado al Hospital de la Policía Nacional donde recibió atención médica y, después de unas horas, regresó a la Dirincri.
La Justicia peruana ha asegurado que Álvarez lideraba una trama criminal encargada de "eliminar y silenciar a sus opositores" políticos y de llevar a cabo licitaciones de obras públicas de forma irregular para conseguir importantes sumas de dinero.
Según el fallo del Tercer Juzgado Penal Nacional, la muerte de Ezequiel Nolasco, candidato al Gobierno regional y uno de los más férreos opositores a la gestión de Álvarez, "es una muerte más de los asesinatos que se cometieron en Áncash", todos ellos con un objetivo en común: "eliminar a las personas que entorpecían las gestiones administrativas y políticas irregulares".
Sin embargo, Álvarez no sería el único cargo político implicado en este escándalo de homicidios y corrupción, que inculpa a otras 27 personas más. Su mano derecha, el alcalde de la provincia del Santa, Luis Arroyo Rojas, prófugo hasta este pasado domingo, sería otro de los cabecillas de esta asociación criminal.
Álvarez se entregó el pasado 16 de mayo para responder por la comisión de los presuntos delitos de corrupción, asociación para delinquir y por el asesinato de Nolasco, un día después de que el Tercer Juzgado Penal Nacional, con sede en Lima, ordenara su detención.
El ex presidente regional había sido señalado como autor intelectual del asesinato de hasta nueve opositores políticos desde que asumió el cargo, en 2007, pero siempre había conseguido salir indemne, hasta el reciente asesinato de Nolasco.