BUENOS AIRES (Reuters/EP) - La actividad industrial argentina cayó un 8,6 por ciento interanual en mayo, dijo el martes un informe privado, en el octavo retroceso consecutivo liderado por los sectores de metales básicos y maquinaria.
En los primeros cinco meses del año, el indicador que elabora la consultora Orlando Ferreres y Asociados mostró una baja del 8,5 por ciento.
Los datos contrastan con las estimaciones del Gobierno, que mostraron un retroceso del 1,8 por ciento en la actividad industrial del primer cuatrimestre y del 1,4 por ciento interanual en abril, último dato disponible.
"Esta tendencia declinante iniciada en octubre 2008 se estima que continúe al menos un semestre más", dijo la consultora en su informe.
La economía argentina pisó el freno a finales del 2008 por problemas locales y por el impacto de la crisis global, luego de seis años de crecimiento a tasas no menores al 7 por ciento anual.
Según Ferreres, el sector de metales básicos cayó un 40,4 por ciento interanual en mayo, seguido por maquinaria y equipos con un 26,3 por ciento y el papel con un 20,8 por ciento de baja.
"La mala performance del sector está ligada fuertemente a la situación económica global. En efecto, la World Steel Association a fines de abril informó que se prevé una menor demanda mundial de acero para el año 2009: casi un 15 por ciento inferior a la de 2008", dijo Ferreres.
"Además, el desempeño interno de los sectores de la construcción, la industria automotriz, la actividad agrícola, entre otras, afectan la demanda local de productos siderúrgicos", agregó.
Entre las alzas se destacó el sector de alimentos, con una mejora del 7,5 por ciento interanual.
"La razón principal de este importante crecimiento se debe a la baja base de comparación que tienen los alimentos entre marzo y junio 2008 debido al conflicto agropecuario", dijo la consultora.
El sector agropecuario realizó una huelga comercial el año pasado en protesta contra un aumento de los impuestos a las exportaciones de materias primas, especialmente la soja, lo que afectó la actividad económica y debilitó políticamente al Gobierno de la presidenta Cristina Fernández.
El Gobierno sostiene que la economía crecerá este año, aunque estimaciones privadas auguran una contracción del Producto Interno Bruto (PIB).