Actualizado 06/07/2009 04:47

ACTUALIZA5-Zelaya no logra aterrizar Honduras, reprimen protesta

Por Gustavo Palencia y Enrique Andrés Pretel

TEGUCIGALPA (Reuters/EP) - El derrocado mandatario de Honduras, Manuel Zelaya, fracasó el domingo en su intento de regresar a su país en medio de amenazas del Gobierno interino de interceptar su aeronave y luego de que fuerzas de seguridad cargaran contra sus simpatizantes dejando al menos un muerto.

En los alrededores de la terminal, miles de seguidores del despuesto mandatario se enfrentaron con las fuerzas de seguridad, que dispararon gases lacrimógenos. Testigos de Reuters también escucharon detonaciones de armas de fuego.

Los enfrentamientos dejaron al menos un muerto y varios heridos, entre ellos algunos graves, en el peor incidente desde que el sábado de la semana pasada los militares encabezaron un golpe de Estado contra Zelaya para frenar sus intentos por habilitar su reelección.

La torre de control del aeropuerto internacional de Toncontín en Tegucigalpa le negó el permiso para aterrizar a la nave venezolana que transportó Zelaya desde Washington cuando estaba cerca de la terminal, argumentando que la pista sólo estaba abierta a aviones militares y amenazó con interceptarla.

Tras la negativa, el avión, en el que tambien viajaba el presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, Miguel D'Escoto, cambió su rumbo hacia Managua para reabastecerse antes de volar hacia El Salvador.

"Aquí realmente están impidiendo al aterrizaje, están amenazando con enviar aviones de la Fuerza Aérea, hay efectivos militares en la pista, han entorpecido el aterrizaje", dijo Zelaya a la cadena Telesur desde el avión cuando sobrevolaba Tegucigalpa.

El fallido intento de aterrizaje en Tegucigalpa ocurrió después de que simpatizantes de Zelaya fueron reprimidos con gases lacrimógenos en los alrededores del aeropuerto.

Al menos una persona había muerto por una herida de bala en la refriega, dijo un paramédico, y varias otras habían resultado heridas, según un portavoz de la Cruz Roja.

Zelaya fue sacado hace una semana a punta de rifle de la casa presidencial por militares y enviado a Costa Rica. Un coro casi unánime de distintos países del mundo condenó el golpe de estado y exigió al Gobierno interino encabezado por Roberto Micheletti que restituyera al depuesto presidente en el poder.

El depuesto mandatario despegó desde Washington el domingo por la tarde, después de que el sábado una asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA) suspendiera a Honduras como castigo por la destitución del mandatario, que irritó a empresarios y políticos cuando su discurso dio un giro a la izquierda y se alió al presidente venezolano, Hugo Chávez.

SIRENAS Y DISPAROS

Muchos manifestantes, vestidos con camisetas rojas y la cara tapada con pañuelos y palos en sus manos, corrieron por las cercanías del aeropuerto mientras se escuchaban disparos y el avión de Zelaya volaba hacia Tegucigalpa.

"Están matando al pueblo por órdenes de este gobierno usurpador, nos están matando", dijo Daniel Pacheco, un estudiando de 22 años, asegurando que sus amigos habían resultado heridos.

A la zona llegaron ambulancias que cargaron heridos, en medio de un caos de gritos. Los manifestantes lanzaron piedras contra militares, mientras decenas de soldados estaban apostados en las pistas del aeropuerto, según imágenes de TV.

"Los soldados tiraron a matar, nosotros veníamos desarmados a recibir a nuestro presidente", dijo Ramón Valladares, de 40 años, con sus manos llenas de sangre y una herida en el costado, mientras se subía a una ambulancia.

Después del enfrentamiento, el Gobierno interino decidió adelantar tres horas el toque de queda que aplica desde que estalló el golpe de Estado y ahora correrá desde las 19.00 (0100 GMT) hasta las 5.00 hora local (1100 GMT).

En El Salvador aterrizaron en otra aeronave el domingo por la tarde desde Washington los presidentes de Argentina, Cristina Fernández, de Ecuador, Rafael Correa, y de Paraguay, Fernando Lugo junto con el secretario general de la OEA, José Insulza, para monitorear la situación desde el vecino país.

A pesar de la negativa del Gobierno interno de dejar entrar a Zelaya, contra quien libró órdenes de arresto si pisaba suelo hondureño, dijo que comunicó a la OEA su disposición a dialogar sobre la crisis en la que está sumido el empobrecido país centroamericano pero que eso no incluye la vuelta de Zelaya.

Los hondureños se encuentran divididos entre quienes ven a Zelaya como uno de los únicos líderes políticos que ha gobernado a favor de los pobres, y quienes creen que su alianza con Chávez llevaba al país por mal camino.

DENUNCIA CONTRA NICARAGUA

Micheletti denunció que la vecina Nicaragua, aliada de Zelaya y de Chávez, estaba enviando tropas a la frontera para presionar al Gobierno provisional, y advirtió que no crucen la línea limítrofe porque estaban dispuestos a defenderse.

"Están hablando de que el Ejército de Nicaragua se está desplazando hacia la frontera con Honduras: eso es totalmente falso", dijo el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, por el canal de TV oficialista.

Las autoridades interinas, que han prometido entregar el poder en enero al ganador de las elecciones de noviembre, mantienen un toque de queda y han silenciado varios medios favorables a Zelaya, pese a que las instituciones y comercios seguían funcionando normalmente durante el día.

La suspensión de Honduras en la OEA, decidida en una asamblea extraordinaria en Washington, implicará sanciones económicas para Honduras y agudizaría los efectos de la crisis mundial en el país exportador de café y textiles, muy dependiente de los préstamos de organismos multilaterales.

El Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) anunciaron que congelarán los préstamos al pequeño país centroamericano, donde más de un 70 por ciento e sus casi ocho millones de habitantes viven en la pobreza, mientras que Chávez anunció que no les enviará más petróleo.

Zelaya reclamó a Estados Unidos, que había dicho que sólo reconoce al depuesto mandatario como presiente, que imponga sanciones al Gobierno interino.

"Creo que a partir de mañana la responsabilidad de esto también recae sobre las potencias, especialmente sobre los Estados Unidos, que teniendo una fuerza tan grande (...) debe tomar acciones", dijo Zelaya a la cadena de televisión Telesur desde el avión.

"Específicamente el Gobierno más fuerte en asuntos económicos, en aspectos de la esfera del dólar para nosotros es el de los Estados Unidos de América, si los Estados Unidos de América van a convivir con golpistas se termina la democracia en América", agregó.

(Con reporte adicional de Alejandro Lifschitz en Santiago, Alonso Soto y Jim Wolf en Washington; Editado por Ricardo Figueroa)