BUENOS AIRES (Reuters/EP) - Estados Unidos, la Unión Europea y América Latina condenaron el domingo el golpe militar que derrocó al presidente de Honduras, Manuel Zelaya, y reclamaron la pronta restitución del depuesto mandatario, quien se encuentra en Costa Rica.
Zelaya, quien buscaba modificar la constitución hondureña para permitir su reelección, fue derrocado el domingo por las fuerzas armadas, en el primer golpe de Estado en América Central desde la Guerra Fría.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, manifestó su preocupación por la expulsión de Zelaya y exigió que se resuelva el conflicto en forma pacífica a través del diálogo y las normas democráticas.
"Como lo hizo la Organización de Estados Americanos (OEA) el viernes, insto a todos los actores políticos y sociales a respetar las normas democráticas, el estado de derecho y los principios de la Carta Democrática Interamericana", dijo Obama en un comunicado.
Brasil, Argentina, Chile, México, Venezuela, Ecuador, Cuba y Paraguay, entre otras naciones latinoamericanas, condenaron la asonada y pidieron la restitución de Zelaya en sus funciones de jefe de Estado.
También la Unión Europea (UE) condenó la destitución de Zelaya y pidió el retorno de la normalidad constitucional.
"Esta es una violación inaceptable del orden constitucional en Honduras", dijo el ministro de Relaciones Exteriores checo Jan Kohout, de la presidencia de la UE, a periodistas luego de una reunión en la isla de Corfu, en Grecia.
Desde Costa Rica, Zelaya instó el domingo a sus conciudadanos a resistir pacíficamente el golpe de Estado, del que responsabilizó a la elite económica de su país.
"Le pido calma al pueblo de Honduras, pero que defiendan también su democracia y defiendan sus derechos. El pueblo de Honduras tiene que hacerlo con calma, para eso hablamos de la no violencia, hay formas de protestar sin usar armas", dijo Zelaya a Telesur, un canal de televisión regional con sede en Caracas.
CONDENA EN AMERICA LATINA
En América Latina, una región con una larga historia de golpes militares pero que en las últimas décadas logró restablecer el orden democrático, el rechazo fue unánime, con una advertencia del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien prometió derrocar a quien asuma en lugar del depuesto Zelaya.
"Si juramentan a Micheletti (Roberto Micheletti, presidente del Congreso de Honduras), o a Peleletti o Gafetti o a Goriletti, lo derrocaremos. Lo derrocaremos, así lo digo", dijo Chávez en una alocución televisiva.
En La Habana, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, describió el golpe como una acción "criminal".
"En el mundo de hoy no es posible realizar golpes de Estado brutales, violatorios del derecho como este. La época de las dictaduras militares en América Latina ya pasó", dijo en rueda de prensa.
También fue enérgica la reacción de Ecuador, que aseguró que no reconocerá ningún gobierno que asuma en Honduras.
Tanto Chávez como el presidente ecuatoriano Rafael Correa son considerados aliados de Zelaya.
En Brasil y Argentina, los principales países del bloque regional Mercosur, los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Cristina Fernández también condenaron la sublevación militar.
"Acciones militares de este tipo configuran un atentado a la democracia", dijo la cancillería de Brasil, que exigió la restitución de Zelaya en sus funciones "en forma inmediata y sin condiciones".
La presidenta argentina Fernández exigió el respeto a la Carta Democrática de la OEA, que expulsa a cualquier país donde no se respete la democracia, y reclamó la restitución de Zelaya.
"Es un hecho que nos remonta a la peor barbarie de la historia de Latinoamérica", dijo Fernández, quien instruyó a su canciller, Jorge Taiana, a que tome contacto con sus pares latinoamericanos a fin de coordinar una acción inmediata de los organismos multilaterales de la región.
Chile y Paraguay, dos países que sufrieron las dictaduras militares más duraderas de la región, también exigieron la restitución de Zelaya.
"El Gobierno de Chile condena enérgicamente el intento de golpe de estado en Honduras que violenta el orden constitucional en esa República", dijo la cancillería.
El Gobierno de México también condenó la detención y expulsión del presidente Zelaya.
"(México) hace un llamado a todas las partes involucradas para que se restablezca a la brevedad el estado de derecho, la institucionalidad y los valores democráticos, y en particular a que se permita el regreso del presidente Manuel Zelaya a Honduras", dijo la cancillería mexicana en un comunicado.
En tanto, Paraguay dijo que se encuentra realizando "intensas gestiones" ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) y los cancilleres de los países miembros del Mercosur "que permitan la restitución de las instituciones democráticas (...) de forma inmediata".
Paraguay ocupa la presidencia del bloque sudamericano Mercosur, integrado además por Argentina, Brasil y Uruguay. Venezuela se encuentra en proceso de adhesión al pacto.
El presidente de Nicaragua, el ex guerrillero Daniel Ortega, calificó al golpe de "un acto de terrorismo".
"Tenemos que sumarnos a la condena de este acto de terrorismo en contra de la institucionalidad, en contra del pueblo de Honduras, de los pueblos centroamericanos, en contra de los pueblos latinoamericanos y caribeños", dijo Ortega a la televisión sandinista.