MADRID, 18 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Afganistán ha anunciado este jueves la muerte de más de 70 presuntos talibán en operaciones llevadas a cabo durante el último día en varias provincias del país, en medio del repunte de la violencia pese a las conversaciones de paz en marcha entre las autoridades y el grupo insurgente.
El Ministerio de Defensa afgano ha señalado a través de su cuenta en la red social Twitter que 38 talibán han muerto y cinco han resultado heridos en operaciones en Kandahar (sur), mientras que otros diez habn muerto y cinco han resultado heridos en la provincia de Ghor (centro).
Asimismo, ha resaltado que otros 23 talibán, incluidos tres comandantes del grupo, han muerto en bombardeos en la provincia de Zabul (centro), mientras que ha confirmado la liberación de 23 militares y civiles de una 'cárcel' de los talibán en la que los rehenes fueron "torturados".
Por otra parte, un profesor universitario ha muerto este mismo jueves a causa de la explosión de una bomba en la capital del país, Kabul, según han confirmado fuentes de seguridad citadas por la cadena de televisión afgana Tolo TV. La Policía ha confirmado el suceso y la muerte de una persona, sin pronunciarse sobre su identidad.
El Gobierno de Estados Unidos afirmó el martes que el nivel de violencia en Afganistán es "inaceptablemente alto" y reiteró que el acuerdo de paz con los talibán está siendo "revisado" para analizar su cumplimiento y determinar los pasos a dar, entre las advertencias de los insurgentes contra una ruptura del histórico pacto.
El presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional de Afganistán, Abdulá Abdulá, criticó la semana pasada que los talibán han adoptado "una postura dura" que "no está ayudando en esta situación". "Nuestra delegación aún está en Doha. Estamos en contacto y esperamos que el estancamiento sea de corto plazo", dijo.
Por su parte, los talibán afirmaron a finales de enero que el Gobierno de Afganistán "es el único obstáculo" en las conversaciones de paz y recalcaron su compromiso con el acuerdo de paz firmado en febrero de 2020 con Estados Unidos, tras las dudas expresadas por Washington sobre el cumplimiento del mismo por parte de los insurgentes.