MADRID, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -
La oficina del Inspector General Especial de Estados Unidos para la Reconstrucción en Afganistán (SIGAR, por sus siglas en inglés) ha denunciado en su último informe trimestral que los ataques y atentados de los talibán y otras milicias han alcanzado en el último trimestre de 2019 la cifra más alta registrada en este período de tiempo desde el inicio de los estudios en 2010, en un país donde la corrupción y los abusos infantiles continúan siendo problemas endémicos.
El SIGAR ha constatado un total de 8.204 ataques milicianos entre octubre y diciembre de 2019, de los cuales un 37 por ciento arrojaron víctimas mortales. El peor mes fue septiembre, durante la celebración de las elecciones presidenciales, de acuerdo con el estudio, que no aporta una estimación exacta más allá de describirlo como "el mes con mayor número de ataques desde el inicio de los estudios en enero de 2010".
Si bien el número de víctimas civiles durante estos tres últimos meses ha descendido un 20 por ciento respecto al mismo período del año anterior, las cifras generales son desalentadoras: al menos 9.189 civiles resultaron muertos y heridos en 2019 respecto de las 9.214 víctimas registradas en 2018.
CORRUPCIÓN
La corrupción del Gobierno afgano sigue siendo el problema más preocupante para los diplomáticos norteamericanos. "Es la cuestión que más hace peligrar la llegada del apoyo económico internacional", en palabras del embajador de Estados Unidos en Afganistán, John Bass. "Hasta que los afganos perciban que los poderosos juegan con las mismas reglas, los esfuerzos contra la corrupción seguirán fracasando", le cita el informe.
A lo largo de 2019, las auditorías realizadas por Estados Unidos han desembocado en el cese de 49 altos responsables del Ejército y la Policía de Afganistán, y quedan todavía 21 investigaciones abiertas, la mayoría relacionadas con la apropiación indebida de combustible financiado por Estados Unidos.
En general, Estados Unidos denuncia un clima de "impunidad" que ha persistido durante todo el año a pesar de los esfuerzos realizados por el Gobierno afgano -- que ha cumplido un total de 57 reformas de su sistema anticorrupción -- aunque ello no se ha traducido necesariamente en resultados apreciables.
ABUSO INFANTIL
El SIGAR, por último, también denuncia que los abusos sexuales a menores continúan siendo "una práctica extendida en Afganistán", que alcanzó triste notoriedad durante el último trimestre de 2019, cuando una ONG afgana reveló que al menos 165 niños, según las estimaciones más conservadoras -- se teme que la cifra rebase los 550 -- habían sido objeto de violaciones en la provincia de Logar.
De acuerdo con la investigación de la Institución Juvenil, Social y Civil de Logar, recogida por el 'New York Times' y 'The Guardian', estos casos pertenecían a una red de pederastia en torno a seis escuelas de la provincia iraquí, que "entregaron" a los niños a profesores, estudiantes superiores, funcionarios o familiares.
El SIGAR denuncia las detenciones extrajudiciales de dos activistas, entre ellos el principal responsable de la institución, Mohamed Musa, calificada por la Embajada de EEUU en Kabul como "una táctica propia de la era soviética" que la que hizo directamente responsable al Directorio Nacional de Seguridad, la principal agencia de Inteligencia afgana.
Los activistas fueron liberados poco después tras las presiones de Estados Unidos y ONG internacionales, pero el SIGAR calificó las detenciones como una demostración de una denuncia realizada en su evaluación de principios de año sobre los abusos infantiles, y en la que denunciaba directamente al "ciertas unidades de las fuerzas de seguridad afganas de estar involucradas, con toda credibilidad", en casos de asalto sexual contra los niños del país.