BERLÍN, 9 Oct. (DPA/EP) -
La canciller alemana, Angela Merkel, ha asegurado que "el tiempo apremia, en particular en lo que respecta a nuestros hijos y nietos" después de que el Gobierno del país apruebe de manera formal un plan de protección climática que se acordó en septiembre.
"Estoy firmemente convencida de que el cambio climático es un desafío para la humanidad. Necesitamos un estilo de vida más sostenible", ha indicado Merkel, que también ha recalcado la urgencia de las medidas de protección del clima.
La ley, que aún debe ser aprobada por el Parlamento alemán, estipula los objetivos climáticos para el año 2030. Así, se prevé establecer un precio al dióxido de carbono que encarecerá los combustibles, el gas natural y el carbón con el fin de incentivas el desarrollo y la adquisición de vehículos y sistemas de calefacción más favorables con el medio ambiente.
"Soy consciente de que yo misma no soy un modelo a seguir en este sentido, porque uso un coche oficial blindado", ha reconocido la canciller alemana en declaraciones realizadas en una entrevista que publica este jueves la revista 'Bunte'.
De forma paralela, Merkel ha rechazado la energía nuclear y la producción de energía a partir del carbón. Aunque la energía nuclear no genera CO2, la mandataria ha considerado que no es una forma "sostenible" de producir energía.
Además, Merkel ha explicado que actualmente Alemania obtiene mucha electricidad del carbón y de la energía nuclear, a pesar de que las energías renovables desempeñan un papel cada vez más importante. "Por lo tanto, es correcto abandonar sucesivamente ambas formas de energía, pero también es un gran desafío", ha valorado Merkel.
En este contexto, la canciller también ha apuntado que se puede aprender mucho de la gente joven en lo referente a la protección del clima y que los jóvenes tienen derecho a convertir su estilo de vida en un referente.
Las medidas aprobadas este miércoles supondrán un total de 54.000 millones de euros para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en Alemania hasta 2023, según la canciller. La meta es disminuir las emisiones en un 55 por ciento para 2030 en comparación con los niveles de 1990.
Además, la legislación especfica cómo deben ser aplicadas y monitoreadas estas medidas. Por ejemplo, cada ministro deberá ser responsable de alcanzar sus metas en su propia cartera.