Publicado 27/01/2021 13:33

AMP.-Etiopía.- La ONU dice que siguen los combates en Tigray y pide acelerar los permisos para trabajadores humanitarios

Refugiados etíopes en Sudán tras huir del conflicto en Tigray
Refugiados etíopes en Sudán tras huir del conflicto en Tigray - ACNUR/ARIANE MAXIANDEU - Archivo

Advierte de un posible brote de cólera y denuncia un aumento de los casos de violencia sexual

MADRID, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -

Los combates persisten en la región de Tigray, en el norte de Etiopía, más de dos meses después del inicio del conflicto entre el Gobierno y las fuerzas del Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF), según la ONU, que ha pedido a las autoridades que se aceleren los permisos para los trabajadores humanitarios con el fin de poder incrementar la asistencia a los más de dos millones de personas que la necesitan.

En su último informe de situación, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) ha advertido de que las situación en Tigray, donde el Gobierno dio por concluida oficialmente su operación militar hace semanas, "sigue siendo inestable e impredecible", con enfrentamientos en varias zonas de la región y una situación "particularmente volátil en las zonas rurales".

Las informaciones recibidas desde terreno por la ONU indican que "los movimientos fuera de las carreteras principales son muy inseguros" y son frecuentes "las emboscadas y los asaltos", incluidos los vehículos de las organizaciones humanitarias. Además, también han sido asaltados dos campos de refugiados en la región.

Como resultado de la persistente inseguridad, hay problemas de acceso para las organizaciones humanitarias lo que a su vez impide que la población reciba la asistencia que requiere.

En este sentido, la OCHA ha resaltado que aunque se ha incrementado el envío de cargamentos con asistencia a Tigray, el personal que haría falta para aumentar la respuesta "no ha podido acceder a la región". Según ha precisado, hay al menos 74 trabajadores técnicos a la espera de recibir la autorización del Gobierno etíope, por lo que se está trabajando con las autoridades para lograr que el plazo sea de 48 horas y no de semanas, como está ocurriendo en algunos casos.

"La situación humanitaria sigue siendo extremadamente preocupante con cada día que pasa sin acceso o con un acceso muy limitado a comida, suplementos nutricionales, atención sanitaria y otros servicios y bienes básicos", ha advertido OCHA.

AUMENTO DEL HAMBRE

En este sentido, ha subrayado que las organizaciones presentes en terreno "están recibiendo informaciones de un aumento del hambre" como resultado de la confluencia del conflicto, con la pandemia, la plaga de langostas del desierto y la actual estación de carestía. Con los agricultores sin cosechar y sin que el comercio entre o salga de Tigray, "los mercados han colapsado o están cerca de hacerlo", ha precisado.

Las autoridades interinas en Tigray, instauradas tras la ofensiva del Ejército contra el TPLF, confirmaron recientemente la muerte de trece personas, entre ellas tres niños, por falta de alimentos en este estado.

Por otra parte, los servicios de telecomunicaciones, electricidad y bancos se están retomando poco a poco y también hay problemas en el abastecimiento de agua potable.

Así, la ONU ha recibido informaciones aún sin confirmar de un posible brote de cólera en la localidad de Adwa, en la zona central, a donde se ha desplazado un equipo para evaluar la situación. Además, el sistema de salud se ha desmoronado casi por completo y la OMS estima que solo el 22 por ciento de los centros de salud están operativos.

La OCHA ha reconocido su "particular preocupación" por el aumento de la información sobre casos de violencia sexual y abuso, incluidas violaciones en Tigray. "La mayoría de las víctimas dicen que los ataques fueron perpetrados por 'hombres de uniforme', en algunos de los casos a cambio de bienes básicos", ha denunciado.

SITUACIÓN "PROFUNDAMENTE PREOCUPANTE"

Por su parte, la directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Henrietta Fore, ha señalado que la situación que sufren los niños a causa del impacto del conflicto "es profundamente preocupante", a pesar de "lo poco que se sabe" en torno a la situación.

"Las vacunaciones se han detenido en todo Tigray. La infraestructura civil, incluyendo instalaciones sanitarias, ha resultado dañada o destruida, y los suministros básicos han sido saqueados. Hay poco combustible para hacer funcionar los sistemas de agua y saneamiento", ha relatado.

Así, ha apuntado que "en la mayor parte de Etiopía, los niños ya han regresado a la escuela tras las restricciones por la COVID-19, pero no los 1,3 millones de niños en edad escolar que viven en Tigray". "Hay informes que hablan de 300 niños no acompañados o separados de sus familias entre los refugiados que huyeron a Sudán, y posiblemente muchos más entre los miles de desplazados internos", ha añadido.

"Una evaluación realizada por nuestros aliados a principios de enero en el área de Shire mostró tasas de desnutrición aguda grave de hasta el diez por ciento entre los niños menores de cinco años", ha manifestado Fore, quien ha destacado que "eso está muy por encima del umbral de emergencia del tres de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y podría poner en peligro la vida de hasta 70.000 niños".

"La tasa global de desnutrición aguda alcanzó el 34 por ciento, lo que nos hace temer que los niños caigan en una desnutrición potencialmente mortal", ha manifestado, al tiempo que ha hecho hincapié también en que las "restricciones de acceso" generan "un conocimiento de la situación muy limitado".

TEMOR PORQUE "LO QUE NO SE SABE SEA AÚN PEOR"

"Nuestra preocupación es que lo que no sabemos sea aún peor. Durante 12 semanas, la comunidad humanitaria internacional ha tenido un acceso muy limitado a las poblaciones afectadas por el conflicto en la mayor parte de Tigray", ha argüido.

De esta forma, ha explicado que "la pequeña, pero crucial, apertura que permitió a UNICEF y sus aliados enviar 29 camiones llenos de suministros de emergencia nutricionales, sanitarios y de protección infantil fue un paso en la dirección correcta, pero ni se acerca al nivel de acceso ni a la magnitud del apoyo que realmente se necesitan".

"Más allá de entregar suministros, es clave restablecer los servicios esenciales. Para que eso suceda, es necesario pagar los sueldos de los funcionarios y garantizar el acceso al personal humanitario para ayudar a las autoridades regionales a evaluar las necesidades crecientes, identificar las prioridades y prestar los servicios que tanta falta hacen", ha puntualizado.

Por ello, Fore ha subrayado que "todas las partes en el conflicto tienen la obligación fundamental de permitir un acceso rápido, sin obstáculos y continuado para llegar a los civiles que necesitan ayuda. Los actores humanitarios necesitan autorizaciones generalizadas e incondicionales para llevar personal y suministros", dado que "cada día que pasa sin que reciban ayuda, sólo empeora el sufrimiento de los niños".

Tanto Naciones Unidas como diversas ONG han alertado sobre la situación en Tigray, que ha sufrido un grave deterioro a causa de la ofensiva. Asimismo, la ONU mostró la semana pasada su preocupación por las "graves acusaciones" sobre casos de violencia sexual en la región.

El inicio de la ofensiva fue anunciado el 4 de noviembre por el primer ministro, Abiy Ahmed, en respuesta a un ataque por parte del TPLF contra una importante base del Ejército en Mekelle que se saldó con numerosas víctimas entre los militares.

La escalada bélica ha sido la culminación de un pulso que comenzó con la llegada al poder de Abiy como primer oromo jefe de Gobierno. El TPLF fue el partido fuerte dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias.