BRASILIA, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los principales sindicatos de Brasil celebran este jueves la primera huelga general de los últimos 20 años para reivindicar mayores derechos laborales e inversiones del Estado en los servicios sociales. Los trabajadores que han secundado el paro han cortado varias carreteras y tres de los principales puertos del país están paralizados.
Los sindicatos Forza Sindical y Central Unitaria de Trabajadores (CUT), entre otros, han convocado esta huelga, a la que ha denominado Día Nacional de Lucha, que ha sido secundada además por organizaciones como Trabajadores Sin Tierra (MST), la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), e incluso el gubernamental Partido de los Trabajadores (PT).
Los paros han provocado el bloqueo de tres puertos: Santos (Sao Paulo), Itaguaí (Río de Janeiro) y Suape (Pernambuco). En Santos, el principal puerto del país, la actividad se ha minimizado, mientras que en Suape, cuyo puerto forma parte de un complejo industrial que da trabajo a 75.000 personas, ha amanecido sin trabajadores ante los bloqueos.
Según la Policía Federal de Carreteras, un total de 35 vías federales han estado clausuradas por bloqueos de los manifestantes en 17 estados del país a la largo de la jornada. Los transportes públicos de las principales ciudades también han sufrido retrasos, aunque en algunas ciudades, como Porto Alegre, la justicia ha decretado servicios mínimos del 50 por ciento, lo que ha provocado que los sindicatos hayan tomado las cocheras y hayan impedido la salida de ningún autobús.
Al igual que con las protestas que se desarrollan desde hace más de un mes, Sao Paulo ha sido la ciudad que más ha notado la movilización de los trabajadores, con el levantamiento de bloqueos, como neumáticos en llamas, para impedir el paso de vehículos y personas por las principales avenidas de la ciudad.
En Río de Janeiro también se han producido momentos de tensión, que han derivado en enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes. Las fuerzas de seguridad han lanzado gas lacrimógeno cuando un grupo de 50 encapuchados con símbolos anarquistas se han unido a la protesta.
Al principio de la jornada de huelga, se ha producido la quema de autobuses para bloquear la entrada de vehículos a centros industriales, mientras que el comercio minorista ha mantenido prácticamente abiertas todas las tiendas.
Los sindicatos han reconocido que esperaban mayores movilizaciones, según ha informado el diario 'O Globo', aunque se han celebrado manifestaciones en las grandes ciudades del país tras el fin de la jornada laboral.
Los sindicatos, entre otras peticiones, demandan la jornada laboral de 40 horas semanales, la mejora de las pensiones para los jubilados y la prohibición de la entrada de capital privado en las explotaciones de petróleo encabezadas por las empresas estatales.