RÍO DE JANEIRO, 17 Jul. (Notimérica) -

   El presidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha, ha reiterado este viernes que rompe la alianza que su formación, el Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), mantiene con el Gobierno de Dilma Rousseff, después de que salieran a la luz informaciones que lo implican en la Operación Lava Jato de Petrobras.

   Uno de los delatores del caso, Julio Camargo, explicó a la policía que tuvo que pagar cinco millones de dólares a Cunha a cambio de que salieran adelante unos contratos con la petrolera, una acusación que el presidente de la Cámara ha negado rotundamente y que atribuye a una estrategia del Gobierno del Partido de los Trabajadores (PT).

   Como represalia por lo que considera una maniobra orquestada desde el Planalto Cunha ha decidido apartarse del Gobierno, aunque ha precisado que lo hace a título personal y que eso no afectará a la relación que el PMDB tiene con el Ejecutivo de Rousseff, del que es principal aliado y donde cuenta con siete ministros.

   El presidente de la Cámara ha subrayado que seguirá llevando a votación parlamentaria materias incluso favorables para el Gobierno, pero dejando claro que ahora él está en la oposición: "Que yo haya roto con el Gobierno no afecta a la relación institucional", ha dicho este viernes en el Congreso.

   Aún así, ha añadido que pedirá formalmente a su partido que en el próximo congreso que celebrará en octubre "salga" del Gobierno, lo que sí deja abierta la puerta a una futura crisis institucional, pues el Ejecutivo de Rousseff perdería a su aliado más valioso, el partido que más diputados tiene en la Cámara.

   Cunha ha insinuando que el Gobierno de Rousseff maniobra junto al Procurador General de la República, Rodrigo Janot, para desestabilizarle y apartarle del Congreso y se ha preguntado por qué ciertos políticos se investigan en la Operación Lava Jato mientras que Rousseff y el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que aparecen en las declaraciones del cambista y delator Alberto Yousseff, hasta ahora se mantienen a salvo.

   En sus declaraciones más duras contra el Gobierno hasta la fecha, Cunha ha dicho que no dejará que le arrastren "al barro" del PT y ha evidenciado la mala relación con los petistas: "El Gobierno nunca me quiso y no me quiere como presidente de la Cámara. El Gobierno no me traga, me odia. Hay un grupo de brutos en el Planalto que vive de ese tipo de circunstancia, de crear vergüenza", ha criticado.

   MORO SE CREE "DUEÑO DEL PAÍS"

   Preguntado por si su nueva postura abiertamente contraria al Gobierno aumentaría las opciones de viabilizar un 'impeachment' a Rousseff, Cunha ha dicho por un lado no habrá ninguna influencia y que no es momento de "calar fuego al país", aunque por otra parte ha dicho que en los próximos 30 días responderá a la petición del Movimiento Brasil Livre (MBL), que exige la salida inmediata de la presidenta.

   Además, también ha aprovechado para lanzar sus dardos contra el juez de la Operación Lava Jato, Sérgio Moro, al que ha acusado de creerse "dueño del país", y ha pedido que su caso, por tener foro privilegiado, se trate en el Tribunal Supremo Federal, y no en primera instancia.

   El presidente de la Cámara también tiene previsto ofrecer este viernes un mensaje oficial por radio y televisión, un privilegio normalmente reservado para el presidente de la República pero que Cunha quiere utilizar para hacer balance de los seis primeros meses de legislatura, marcados por los escándalos de corrupción, el posible 'impeachment' de Rousseff y las desavenencias entre el Gobierno y su principal aliado, el PMDB.