El presidente Kirchner y el cardenal Bergoglio participan juntos en un homenaje a los padres palotinos asesinados por la dictadura
BUENOS AIRES, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Argentina, Néstor Kirchner, y el cardenal Jorge Bergoglio participaron ayer en un homenaje celebrado en el altar de la iglesia San Patricio de Buenos Aires, donde se celebró una oración interreligiosa por los "mártires contemporáneos", entre ellos los sacerdotes palotinos asesinados por la dictadura (1976-1983).
La sorpresiva presencia de Kirchner en el acto, presidido por el también titular de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), ha sido interpretada como un acercamiento entre la Iglesia y el Gobierno, tras la polémica desatada por los cuestionamientos a las políticas de educación sexual que lleva adelante la administración nacional.
De hecho, Kirchner aseguro anoche que "nunca" ha tenido "una mala relación con la Iglesia", durante su visita a la parroquia donde fueron asesinados cinco religiosos palotinos en plena dictadura. "Vine a compartir un oficio religioso. Nunca tuve una mala relación con la Iglesia", afirmó el presidente.
Al salir del templo, ubicado en el barrio porteño de Belgrano R, también aseguró que "da escalofríos" conocer la habitación donde fueron asesinados, el 4 de julio de 1976, los sacerdotes Alfredo Leaden, Pedro Dufau, Alfredo Kelly, y los seminaristas Salvador Barbeito y Emilio Barletti.
Los ministros de Gabinete, Alberto Fernández, y del Interior, Aníbal Fernández y el secretario General de la Presidencia de la Nación, Oscar Parrillo, acompañaron a Kirchner hasta la iglesia de Estomba y Echeverría, según informa la prensa local, recogida por Europa Press.
La tensión con la Iglesia tuvo su pico en febrero de 2005, cuando Kirchner retiró por decreto el sueldo al obispo castrense, Antonio Baseotto, que había criticado la posición del ministro de Salud en favor de la despenalización del aborto, citando un pasaje bíblico en el que se habla de "tirar al mar" a los que hagan daño a los niños.
La visita de ayer fue el preludio de una serie de eventos que apuntarán a encauzar, tal vez definitivamente, las accidentadas relaciones, según fuentes oficiales. Por lo pronto, Kirchner mostró entre sus colaboradores su voluntad de asistir al tedeum en la Catedral metropolitana, el 25 de mayo, que oficiará Bergoglio.
Así, buscará recomponer la ruptura de la ancestral tradición en que incurrió en 2005, cuando decidió pasar esa fecha en Santiago del Estero. Además, podría recibir en los próximos días en su despacho a la dirección de la Conferencia Episcopal, lo que sería un paso previo a esa presentación.