Miles de Argentinos en la marcha por Nisman
Foto: NOTIMÉRICA

BUENOS AIRES, 19 Feb. (Notimérica) -

   Notimérica estuvo en la marcha del 18F en Buenos Aires. La 'Marcha del Silencio' congregó a más de 400.000 personas y transcurrió de forma ejemplar y los asistentes, unidos por un sentimiento de dolor e indignación silenciosos, mostraron al mundo que parte de Argentina también protesta contra la injusticia y la impunidad en mitad de la crisis institucional.

   En las primeras filas, cubiertas bajo paraguas y vestidas de luctuoso negro, estaban la ex esposa del fiscal Alberto Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, las dos hijas de ambos, y la madre del fiscal, Sara Garfunkel, quien tuvo que identificar el cadáver de su hijo.

   Mezclados con la multitud, avanzaron políticos opositores, legisladores y precandidatos presidenciales que buscaron aprovechar políticamente una muerte que desató una crisis política para Fernández en la recta final de su gobierno.

   Además, marcharon los grupos antikirchneristas que han organizado multitudinarios cacerolazos para repudiar todas las políticas del kirchnerismo y que pedían cárcel o el término anticipado del gobierno de Fernández, que debe concluir en diciembre próximo.

   El silencio reinaba en la plaza de los Dos Congresos. Frente al edificio donde funcionan el Senado y la Cámara de Diputados de la Nación, miles de personas se amontonaban minutos antes de que la marcha comenzara. El cielo rompió a llover con estrépito, como si de una lluvia tropical se tratara, y los presentes abrieron sus paraguas.

   El golpeteo de los goterones resonaba contra los paraguas y rompía el silencio de la marcha. De pronto, una mujer a metros del reportero empezó a cantar en solitario: "¡Oíd, mortales, el grito sagrado! ¡Libertad, libertad, libertad!". Poco a poco, las personas que la rodeaban se le unieron y segundos después miles de personas cantaban a coro el himno argentino.

   La marcha se puso en movimiento y avanzaba despacio por la avenida de Mayo, en un silencio que sólo se rompía con cantos de "justicia, justicia" o "Argentina, Argentina". Había muy pocos carteles y la mayoría con una sola palabra escrita, ya fuera "Verdad" o "Justicia".

   Estos eran los reclamos principales de los que acudieron a la marcha. Daniel es un profesional de 42 años y comentó que "si en los últimos 50 años hubiera habido justicia, este país sería mucho más grande". Cree que el gran problema es que "lamentablemente, nadie va preso por corrupción", pero que para cambiar eso "hace falta un cambio cultural".

   Graciela y Clotilde, docentes jubiladas, acudieron a la marcha en tren desde Pilar, a 50 kilómetros de Buenos Aires. "Queremos otra Argentina para nuestros hijos y nuestros nietos", dijo Graciela. "Estamos cansadas de la injusticia y la inseguridad, queremos un país donde no se atropelle la dignidad de quienes trabajan".

   La lluvia arreciaba por momentos y la marcha llegó con paso firme a la plaza de Mayo, pasando junto al viejo Cabildo colonial. Antonio Agustín, jubilado y antiguo estudiante de económicas, comentó: "Esta marcha es como cuando el pueblo argentino se reunió también bajo la lluvia el 25 de mayo de 1810 fuera del Cabildo (escenario de la Revolución de Mayo, comienzo de la independencia argentina) y quería saber qué pasaba".

   Sin embargo, algunos de los asistentes, a pesar de reclamar justicia, se mostraban escépticos. Matías, un joven estudiante, confesó: "No creo que el Gobierno haga nada después de la marcha, pero quizá la sociedad tome conciencia". En esa misma línea se pronunció Camila, estudiante de Medicina: "No creo que cambie nada, porque al Gobierno le da igual todo. Por lo menos que el mundo vea que marchamos".

LA OTRA CARA DE ARGENTINA

  Los momentos de crisis institucional que está atravesando Argentina desde que el 18 de enero falleció el fiscal Alberto Nisman en extrañas circunstancias, días después de haber presentado una denuncia contra la presidenta, Cristina Fernández, ha puesto al país en el foco de atención internacional. La manera confusa, displicente y en ocasiones agresiva con que el Gobierno ha gestionado la crisis ha enrarecido la atmósfera dentro del país y ha creado estupor en el exterior.

   Sin embargo, en la marcha del 18F se pudo ver otra cara de Argentina. A pesar de que a la marcha faltó el oficialismo en pleno, que en los días previos acusó a la convocatoria de golpista, la manifestación se desarrolló de modo ejemplar.

   La intención original de la marcha se ha respetado: a las 400.000 personas que asistieron según la Policía Metropolitana les unía el deseo de homenajear a Nisman y la sensación de hartazgo ante la injusticia y la impunidad, y marcharon pacíficamente antes, durante y después de la marcha, sin consignas partidarias.

   Guillermo, comerciante de 53 años, muestra un destello de esperanza que refleja el anhelo de los presentes en la manifestación: "Esta marcha debería cambiar algo".

Más noticias