Actualizado 12/12/2014 20:39

El nieto 116 de la dictadura confiesa que fue "una conmoción" enterarse de su origen

BUENOS AIRES, 12 Dic. (EUROPA PRESS) -

   El argentino Jorge Castro Rubel, el nieto número 116 recuperado por las Abuelas de la Plaza de Mayo, ha asegurado que fue "una bomba, una conmoción" haberse enterado a los 37 años de edad de cuál es su verdadero pasado.

   "Nunca tuve dudas sobre mis orígenes. Hasta que en agosto una tía se acercó y me dijo que no podía no saber mis orígenes y que me quería contar que era adoptado", ha dicho Castro a la agencia oficial Télam. Según ha afirmado, su tía pensó que el ser hijo de desaparecidos, por su edad, era una "posibilidad".

   Tras unos días de tensión con sus padres adoptivos, Castro ha relatado que le confirmaron la noticia, pero que no sabían de quién era hijo. "Me contaron lo que ellos sabían: que un día llegaron dos personas y dejaron un bebé en muy malas condiciones", ha asegurado.

   Seguidamente, Castro se hizo unos análisis en el Banco Nacional de Datos Genéticos. "Si hay una familia que me está buscando, yo no puedo ser egoísta y hacerme el tonto, por ahí hay familia. Yo sentí en primer lugar una responsabilidad con ellos", ha dicho. Más tarde, se puso en contacto con las Abuelas de la Plaza de Mayo.

   "Ahí empezó la ansiedad en serio", ha afirmado Castro. "Los resultados me los dieron el 4 de diciembre. Confirmar o descartar: cualquier respuesta iba a ser impactante para mí. Pero la respuesta positiva fue la mejor", ha asegurado.

   Castro Rubel, que ha afirmado de que sus padres adoptivos "siguen haciéndose a la idea", es hijo de Ana Rubel y Hugo Castro, militantes del Frente Argentino de Liberación (FAL), que fueron secuestrados en enero de 1977 por el Ejército y estuvieron en algún centro clandestino de detención dependiente de esa fuerza hasta que Ana fue llevada al centro clandestino de detención de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) para dar a luz.