Actualizado 30/05/2007 19:52

Argentina.- El número uno de Skanska dice que en Argentina es peligroso hacer negocios


BUENOS AIRES, 30 May. (Del corresponsal de EUROPA PRESS Rafael Saralegui) -

Stuart Graham, presidente y Consejero Delegado de la constructora sueca Skanska, dijo que "en algunos aspectos Argentina es peligrosa para hacer trabajos en obras públicas", al referirse al caso en el que la filial local de la empresa es investigada por el presunto pago de sobornos para que le adjudicaran la ampliación de un gasoducto.

"En todos los países hay gente que ve un contrato de construcción como un gran botín de dinero del que pueden sacar algo", dijo Graham, máxima autoridad mundial de la constructora sueca desde 2002, en declaraciones al diario 'La Nación'.

El presunto pago de sobornos a funcionarios del gobierno argentino está siendo investigado por el juez federal Guillermo Montenegro, en una derivación de la causa que se inició por presunta evasión de impuestos y que está a cargo del juez penal tributario Javier López Biscayart.

El caso provocó la renuncia de tres funcionarios del gobierno del presidente Néstor Kirchner y la intervención de Enargas, el organismo oficial encargado de supervisar la contratación de las obras.

"Sabemos que salieron 17 millones de pesos (4,14 millones de euros) mediante facturas por servicios que no se brindaron a Skanska. No sabemos adónde fue ese dinero. Y creo que la Justicia tampoco lo sabe", explicó el ejecutivo.

El número uno de Skanska dijo "cuando fuimos contactados por la Justicia por facturas falsas nosotros ya estábamos investigando estos casos de antes, ya teníamos señales de que algo raro estaba pasando. Cuando el juez (López Biscayart) nos señaló lo de Infiniti, supimos dónde mirar. Nosotros pagamos lo evadido y las multas".

Infiniti es el nombre de la empresa que proveyó facturas falsas a Skanska para ocultar el presunto pago de los sobornos. Siete directivos de la compañía fueron echados cuando comenzó el escándalo pero hasta ahora no han dicho a quién pagaron los sobornos.

"Separar a los siete fue una decisión conjunta de Skanska de Argentina y de Suecia. Aquí no se trata de Skanska, sino de siete tipos malos", aseguró el ejecutivo al recordar que en la compañía trabajan 26.000 personas en todo el mundo.