Actualizado 20/01/2011 18:49

Argentina.- Tribunal argentino retoma el juicio contra 5 ex represores de la dictadura por delitos de lesa humanidad


BUENOS AIRES, 20 Ene. (EUROPA PRESS) -

Un tribunal de Buenos Aires retomará este jueves el juicio contra cinco ex represores acusados de delitos de lesa humanidad por los hechos ocurridos en el centro de detención clandestina conocido como Automotores Orletti, durante la última dictadura argentina (1976-1983).

Las audiencias tendrán lugar hasta mañana viernes en el Tribunal Oral Federal número uno que comenzó este proceso judicial el pasado 3 de junio. Más de 80 testigos han declarado sobre los hechos ocurridos en las instalaciones de Automotores Orletti, donde eran recluidos los opositores al régimen militar.

En la causa están imputados el ex coronel Rubén Visuara y el ex general Eduardo Cabanillas, además de los ex agentes de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) Honorio Martínez Ruiz, Raúl Guglielminetti y Eduardo Ruffo.

Todos ellos han sido acusados por la Fiscalía de privación ilegal de la libertad, imposición de tormentos y homicidio calificado en perjuicio de 65 víctimas, según ha precisado el centro de información del Poder Judicial de Argentina.

Los jueces Adrián Grunberg, Óscar Amirante y Jorge Gettas escucharán los alegatos tanto de la parte acusadora como de la defensa antes de iniciar la etapa de las réplicas en las que ambas partes expondrán sus argumentos. En una última fase se dará la oportunidad a los imputados de decir sus "últimas palabras" para después iniciar la deliberación previa a la sentencia.

El centro clandestino operaba en una edificación de dos plantas situada en un barrio residencial de Buenos Aires que utilizó como nombre de fachada el de "Automotores Orletti". Según la Fiscalía, el Ejército argentino y la SIDE recluyeron en sus instalaciones a unos 65 opositores que fueron víctimas de torturas y homicidios.

Al comenzar el juicio en junio, el fiscal federal Federico Delgado había descrito ese lugar como un "enclave del terror que no lo conducía una horda desbocada, sino algo calculado y planificado que convertía a todos (los prisioneros) en condenados a muerte, donde reinaba la cultura de la crueldad, la corrupción degradante de poder sin límites".