BUENOS AIRES (Reuters/EP) - Los argentinos comenzaron a votar el domingo, en unas elecciones que definirán si la presidenta Cristina Fernández mantiene su mayoría en el Congreso, para lo que será vital un triunfo de su esposo y antecesor, Néstor Kirchner, en el principal distrito del país.
Algunos centros de votación demoraron la apertura de los comicios por falta de autoridades.
El frío y los crecientes temores al contagio de la gripe A H1N1 hacen que en algunos centros de sufragio se extremen medidas de prevención con barbijos, guantes de latex y alcohol.
Argentina podría declarar la emergencia sanitaria la semana próxima en momentos en que los muertos por el nuevo virus ascienden a 26 personas en todo el país.
Los comicios de este domingo, que servirán para renovar la mitad de las bancas de la Cámara de Diputados y un tercio de las del Senado, darán un indicio firme también sobre los políticos con más posibilidades de suceder a Fernández en el 2011.
En la provincia de Buenos Aires, donde vive casi 40 por ciento de la población de Argentina, Kirchner es el principal candidato del peronismo oficialista, y pelea el primer puesto en la intención de voto con el empresario Francisco De Narváez, de una facción peronista disidente.
Si el oficialismo pierde el control del Congreso, Fernández deberá enfrentar un panorama difícil en los dos años y medio de gestión que aún le resta concretar.
Kirchner gobernó el país entre el 2003 y el 2007, período en el que el país vivió un fuerte crecimiento económico. El ex mandatario terminó su gestión con un fuerte apoyo popular, que se deterioró desde que su esposa asumió el Gobierno.
Poco después de llegar a la presidencia, en diciembre de 2007, Fernández debió enfrentar conflictos locales y luego la crisis internacional a fines del año pasado, que derrumbaron su imagen positiva. Su esposo es percibido como el poder real en el Gobierno.
Kirchner planteó desde un comienzo la votación como un plebiscito de la gestión de Fernández y advirtió que si no gana en estas elecciones, el país podría hundirse en una crisis profunda.
La mayoría de los sondeos adjudica a Kirchner una leve ventaja sobre De Narváez.