Publicado 02/10/2020 15:08

Armenia/Azerbaiyán- El CICR denuncia la destrucción de cientos de hogares civiles durante la escalada en Nagorno Karabaj

MADRID, 2 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha denunciado este viernes que la reciente escalada del conflicto en Nagorno Karabaj ha destruido cientos de hogares y ha repercutido, por encima de todo, sobre los civiles, muertos o heridos, entre ellos niños, a ambos lados del frente de combate.

La tensión en Nagorno Karabaj se mantiene desde que comenzó el 27 de septiembre una espiral bélica que se ha cobrado la vida de decenas de militares de Armenia y de Azerbaiyán en combates en esta región cuya soberanía se disputan los dos países desde hace décadas.

"Desde el inicio de la escalada, el CICR ha aportado material de emergencia médica y bolsas de cadáveres a la oficina forense de Nagorno Karabaj. Ahora mismo estamos intentando evaluar la situación general, y en particular la de aquellos que han tenido que abandonar sus hogares", ha informado el jefe de la misión del CICR en Nagorno Karabaj, Bertrand Lamon, antes de recalcar que su capacidad de desplazamiento de sus empleados está limitada por la intensidad de los combates.

"Ya estamos viendo el terrible impacto que esta escalada está teniendo en los combates. El CICR está dispuesto a ayudar donde sea necesario, siempre que las condiciones lo permitan, incluyendo el apoyo a la Media Luna Roja de Azerbaiyán", ha explicado por su parte el jefe de la subdelegación azerí del CICR, Gerardo Moloeznik.

CIVILES EN PELIGRO

El CICR está recibiendo informaciones de civiles que intentan trasladarse a un lugar seguro para ellos y sus familias, contando a bebés y niños pequeños, que "pasan días y noches refugiándose en los sótanos sin calefacción de sus edificios, en un esfuerzo por escapar de la violencia".

El CICR también tiene constancia de "cientos de hogares e infraestructura civil, como escuelas y hospitales, destruidos por artillería pesada". Además, los civiles también están expuestos "a los peligros de los artefactos explosivos sin detonar".

La organización recuerda que esta escalada se produce al comienzo del invierno, con los niños a solo unas semanas de su período escolar y cuando las personas ya están tratando de protegerse a sí mismos y a sus familias de los efectos de la pandemia de coronavirus.

"El CICR ha mantenido contacto con personas que están aterrorizadas por sí mismas y sus familias y sin saber a dónde ir o qué hacer para mantenerse a salvo. Están atrapadas en el fuego cruzado y temen profundamente por su seguridad y su futuro", ha lamentado el director regional del CICR para Euraia, Martin Schuepp.

"Estamos comprometidos a ayudar a todos aquellos que están sintiendo el impacto de esta escalada de violencia. Hacemos un llamamiento a las partes para proteger a los civiles y la infraestructura y los servicios clave que necesitan para sobrevivir, y cumplir con sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario", ha añadido.

El CICR también ha manifestado su intranquilidad ante a posibilidad de que los desplazamientos provoquen un aumento de los casos de COVID-19 debido a que las personas se refugian en albergues durante horas o se alojan en edificios compartidos o lugares con saneamiento inadecuado.

Además, la organización ha avisado de que esta escalada afectará la salud mental de la población, que ya ha vivido con el impacto de este conflicto durante casi 30 años y ahora está preocupada por su salud y su futuro debido a la pandemia.

Por último, el CICR ha asegurado que está trabajando para esclarecer la suerte de las personas desaparecidas y ayudar a sus familias, así como para facilitar la visita a los detenidos, y actúa como intermediario neutral para facilitar el traslado y repatriación de las personas liberadas o la devolución de los cuerpos de los soldados fallecidos.

La antigua provincia autónoma soviética intentó independizarse de Azerbaiyán por primera vez en 1988, lo que provocó graves enfrentamientos étnicos en la región. Más de un millón de civiles abandonaron sus hogares y miles de personas murieron en el conflicto hasta que se alcanzó un alto el fuego en 1994, con las fuerzas armenias y de Nagorno Karabaj manteniendo el dominio de la mayor parte de la provincia y de amplias zonas colindantes de Azerbaiyán.