Actualizado 23/11/2012 19:53

Arresto domiciliario para 4 de los campesinos detenidos en Curuguaty (Paraguay)

ASUNCIÓN, 23 Nov. (EUROPA PRESS) -

   Un juez de Curuguaty (Paraguay) ha resuelto este viernes que cuatro de los doce campesinos detenidos por los enfrentamientos ocurridos en junio durante el desalojo de una finca --murieron 17 personas-- podrán pasar a arresto domiciliario, al entender que sus vidas corren peligro tras dos meses en huelga de hambre.

   La salud de los detenidos Lucía Agüero, Juan Carlos Tillería, Alcides Ramírez y Luis Olmedo empeoró el miércoles y, en la madrugada del jueves, fueron trasladados en estado grave desde un hospital del departamento de Canindeyú hasta otro centro médico en Itaugúa.

   El polémico desalojo, ocurrido el 15 de junio, se saldó con la muerte de 17 personas: once campesinos y seis policías. Los detenidos iniciaron hace dos meses una huelga de hambre para protestar por la lentitud del proceso y la supuesta parcialidad del juez y el fiscal implicados en el caso.

   El juez José Benítez ha determinado que, por razones humanitarias, los cuatro campesinos más graves podrán ser trasladados a sus domicilios, según informa el periódico 'Última Hora'. Los otros ocho presos permanecerán en la prisión de Coronel Oviedo.

   El juez ha explicado a la emisora Monumental 1080 AM que se trata de una "cuestión de excepcionalidad" con la que se responde a los llamamientos de movimientos sociales. Varias organizaciones se concentraron el jueves ante la Fiscalía General del Estado para exigir la libertad de los acusados, en una manifestación que terminó con enfrentamientos con la Policía.

   El abogado de los cuatro detenidos afectados por la decisión judicial, Vicente Morales, ha calificado de "victoria" la resolución del juez Benítez y ha matizado que sus clientes serán trasladados a sus casas una vez que haya concluido el tratamiento médico. Sólo podrán abandonar la vivienda por motivos médicos y previo permiso de las autoridades.

   La matanza de Curguaty desató una gran polémica que desembocó en la celebración de un juicio político en el Congreso contra Fernando Lugo por mal desempeño de sus funciones. El proceso terminó con la destitución del entonces presidente paraguayo y el nombramiento de Federico Franco como nuevo jefe de Estado.