Actualizado 20/07/2016 09:09

Así están las relaciones entre Cuba y EEUU al año de su restablecimiento

Obama y Castro en Cuba
REUTERS

   LA HABANA, 20 Jul. (Notimérica) -

   Este miércoles se cumple un año desde que Cuba y Estados Unidos restablecieran sus relaciones diplomáticas tras 54 años congeladas, un hecho que se materializó con la reapertura de sus respectivas embajadas.

   Las imágenes de la izada de la bandera cubana en Washington y la estadounidense en La Habana ya forman parte de la historia de ambos países que, a día de hoy, continúan trabajando por recuperar esa relación perdida durante más de medio siglo.

   Así, a un año de ese 20 de julio de 2015, varios son los expertos que apuntan a que el deshielo se ha quedado en acciones simbólicas y fotografías que no coinciden con la realidad política y económica.

   En este tiempo se han suscrito un total de diez acuerdos en términos de cooperación, mientras que están en proceso de negociación otros en materia de "enfrentamiento al narcotráfico; aplicación y cumplimiento de la ley; búsqueda y salvamento; respuesta a derrames de petróleo en el mar; meteorología; registros sísmicos; y áreas terrestres protegidas", tal y como declaró la responsable cubana de las conversaciones con Estados AUnidos, Josefina Vidal, a 'Granma'.

   Por el momento, el plano empresarial ha sido uno de los principales beneficiados en esta reciente situación.

   Así, entre los avances destacan el de Stonegate Bank, que emitió una tarjeta que permite hacer compras en Cuba y pagar en restaurantes u hoteles sin necesidad de efectivo.

   Además, se han realizado convenios empresariales como el 'roaming' de tráfico de voz, la importación a Estados Unidos de café y productos textiles producidos por "empresarios independientes" de la isla o el inicio de cruceros regulares desde Estados Unidos.

EL TURISMO

   En este marco, los pasos más relevantes se esperaban dentro del turismo, la apuesta fuerte de Cuba. Por el momento, la cadena hotelera norteamericana Starwood ya ha comenzado su desembarco en Cuba a través de la gestión de un hotel en la capital, La Habana, en asociación con la estatal Gaviota; el hotel Four Point, inaugurado a finales de junio.

   Según datos del Ministerio de Turismo de Cuba, 94.000 estadounidenses visitaron la isla en los primeros cuatro meses del año, lo que supone un incremento del 93 por ciento respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.

   Esto fue posible en gran medida gracias a la decisión del Gobierno de Estados Unidos de ampliar las facilidades para viajar y hacer negocios en Cuba, lo que ha incluido una mayor frecuencia de vuelos y el restablecimiento del servicio postal directo, entre otros avances.

   No obstante, ni siquiera en el aspecto económico el deshielo ha alcanzado las dimensiones esperadas o, al menos, deseadas por muchos. Doce meses después del fin del conflicto diplomático, Cuba sigue arrastrando tras ella el embargo económico.

EL EMBARGO A CUBA, PRINCIPAL IMPEDIMENTO

   En 1960, Estados Unidos le impuso a Cuba un embargo comercial, económico y financiero como respuesta a las expropiaciones por parte del Gobierno tras la Revolución Cubana. A pesar de las críticas recibidas por parte de la comunidad internacional, el actual presidente estadounidense, Barack Obama, no ha levantado el embargo, aún cuando el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los países es una realidad desde hace un año.

   De acuerdo con lo estipulado en el embargo, Cuba no puede ni exportar ni importar alimentos libremente de Estados Unidos --algo que podría comenzar a cambiar, tal y como se puede apreciar por las exportaciones de café y productos textiles--, Estados Unidos tiene prohibido dar créditos a Cuba y cada compra debe ser autorizada por una licencia.

   Asimismo, la isla está obligada a pagar en efectivo y por adelantado, a través de entidades bancarias de terceros países, y con una moneda diferente al dólar, lo que complica aún más las operaciones.

   Por ello, el embargo supone el principal obstáculo en la normalización de las relaciones diplomáticas. No obstante, éste no depende únicamente del mandatario Obama, sino que debe ser eliminado a través del Congreso.

   Más allá de la voluntad política, la Ley Hems-Burton, aprobada en 1996, establece que el embargo no puede culminar hasta que Cuba se convierta en una democracia con un Gobierno que no incluya ni al actual presidente, Raúl Castro, ni a su antecesor, su hermano Fidel.

   Sin olvidar este hecho, en el plano político, el demócrata Obama hizo historia en marzo de este año al realizar la primera visita oficial de un presidente estadounidense a la isla en 88 años. En La Habana, Obama dejó claro que "el destino de Cuba no será decidido por Estados Unidos ni por ninguna otra nación", sino que "el futuro de Cuba será decidido por los cubanos".

   El expresidente Fidel Castro, por su parte, publicó una carta dirigida al norteamericano donde tildó el bloqueo de "despiadado", al tiempo que aseguró que "no necesitamos que el imperio (haciendo alusión a Estados Unidos) nos regale nada".

EL CIERRE DE GUANTÁNAMO

   En este sentido, la visita oficial también puso sobre la mesa el problema de Guantánamo, la base estadounidense en territorio originalmente cubano. "Será necesario que se devuelva el territorio ilegalmente ocupado por Estados Unidos en Guantánamo", declaró Castro en rueda de prensa con medios internacionales.

   Si bien es cierto que Obama siempre ha tenido entre sus objetivos el cierre de la prisión de Guantánamo, esta es una meta que podría no llegar con su Gobierno.

   A pesar de ello, el mandatario estadounidense no cesa en sus esfuerzos por lograr su clausura. El pasado mes de febrero, Obama presentó el plan que pretende seguir para cerrar esta prisión antes de que termine su mandato.

   Éste se articula en cuatro elementos: continuar transfiriendo de manera responsable a los detenidos a otros países en el curso de los próximos meses, llevar a cabo revisiones periódicas, seguir evaluando la disposición de los que permanecen en reclusión y trabajar con el Congreso para la ubicación de los detenidos que no pueden ser trasladados a otros países.

   En su momento más álgido, Guantánamo llegó a tener unos 800 presos. Actualmente, esta cifra se ha reducido a sólo 80, la menor desde que abrió el penal. La Administración se centra en rebajar hasta 20 los reclusos para poder argumentar al Congreso de mayoría republicana --el cual tiene el poder de decidir sobre el futuro de la cárcel-- que no es sostenible mantenerla abierta.

DERECHOS HUMANOS

   Otro de los grandes escollos en las relaciones bilaterales son las violaciones de Derechos Humanos que se producen en la isla. En este marco, el Observatorio para la Protección de los Defensores de Derechos expuso este mes los hechos represivos considerados como graves durante abril y mayo de este año, los cuales habrían aumentado exponencialmente desde el restablecimiento de las relaciones.

   Entretanto, la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT), junto a la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), denunciaron el incremento de los ataques contra opositores y activistas, así como las detenciones arbitrarias a estos colectivos.

   En relación a esto último, la situación de los cubanos en la isla no parece haber mejorado. De hecho, según las previsiones de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), el ingreso de inmigrantes cubanos superará con creces al del pasado año.

   De acuerdo con expertos, esto podría deberse al temor de que se modifique la política estadounidense favorable hacia los inmigrantes cubanos, ya que su derogación es una de las demandas del Gobierno de Castro.

   Sin embargo, el estado norteamericano ya ha aclarado que cambiar la llamada Ley de Ajuste Cubano no se encuentra entre sus planes. Esta norma, que concede importantes beneficios a los inmigrantes cubanos se complementa con la política de 'pies mojados/pies secos', que abre las puertas de Estados Unidos a los inmigrantes cubanos que logran alcanzar suelo estadounidense y obliga a repatriar a los que son interceptados en el mar.

   "En la etapa actual coexisten una interacción bilateral sin preceentes con la permanencia de políticas del pasado (...). El proceso hacia la normalización de las relaciones con Estados Unidos será largo y complejo. Pero vamos a persistir como lo hemos hecho siempre", sentenció Vidal.