Actualizado 11/08/2009 00:12

Ataques dejan 42 muertos en Irak, aumentan temores

Por Jamal al-Badrani

MOSUL, Irak (Reuters/EP) - Varias bombas en Irak dejaron al menos 42 personas muertas el lunes, sobre todo en áreas chiítas, y aumentaron el temor de un resurgimiento de la violencia sectaria mientras los políticos intentan pactar con sus viejos enemigos antes de las elecciones de enero.

Los ataques son los últimos de una serie de atentados que apuntan a chiítas desde que las tropas estadounidenses se retiraron en junio de los centros urbanos del país.

Además, han incrementado las dudas acerca de la preparación de las fuerzas de seguridad iraquíes -reconstruidas desde cero tras la invasión del 2003 encabezada por Estados Unidos- para controlar la situación por sí solas.

Durante la madrugada del lunes, dos camiones bomba detonaron con una diferencia de minutos en la localidad predominantemente chiíta de Al-Khazna -unos 20 kilómetros al este de Mosul- dejando 30 muertos y 155 heridos, indicó la policía.

Las explosiones destruyeron unas 40 casas en el poblado, hogar de la pequeña comunidad Shabka, una secta de origen kurdo.

Personas angustiadas permanecían alrededor de un gran cráter que dejó una de las explosiones, mientras bomberos apartaban escombros en busca de cuerpos.

"¿Qué hemos hecho para que terroristas maten a inocentes mientras duermen?", dijo llorando Umm Qasim, de 35 años, con su rostro cubierto de sangre. La mujer estaba sentada en un camión y sostenía a su hijo herido. Los cuerpos de cuatro familiares, entre ellos su esposo y su hermana, yacían cerca.

En una conferencia televisada, el primer ministro Nuri al-Maliki dijo que la violencia podía aumentar antes de los comicios de enero.

"La próxima elección va a ser testigo de crecientes intentos de arruinar y violar la seguridad. Van a buscar, de todas las maneras posibles, demostrar que el proceso político no es estable", señaló.

DISPUTAS

Casi a diario se registran ataques con bombas y tiroteos en Mosul, capital de la provincia de Nínive, y sus cercanías.

En esa región, grupos insurgentes han explotado las disputas entre árabes y kurdos para permanecer fuertes incluso mientras su influencia se debilita en otros lugares.

Una disputa entre el Gobierno liderado por árabes en Bagdad y el mayoritariamente autónomo Gobierno regional de Kurdistán en el norte de Irak por territorios y petróleo se ha acercado peligrosamente a desatar una guerra.

Algunos analistas dicen que los insurgentes quieren desatar un conflicto total para quebrar el frágil proceso político de Irak justo en el momento en que los políticos luchan por formar alianzas con otros grupos sectarios y étnicos antes de las elecciones parlamentarias de enero.

"El objetivo es paralizar el proceso político y volver a la era del conflicto sectario antes de la votación", dijo el analista y profesor Hameed Fadhel.

Los insurgentes han buscado refugio en las remotas áreas montañosas en torno a Mosul y existen temores de que podrían obtener apoyo al representar un bastión árabe en contra de lo que es percibido como una invasión kurda.

También hay temores de que los ataques a chiítas podrían reiniciar una matanza sectaria en Irak, que ha disminuido durante los últimos 18 meses, período durante el cual políticos sunitas, chiítas, kurdos y cristianos han intentado consolidar alianzas electorales.

La semana pasada, una serie de ataques que tuvieron como blanco a chiítas en Bagdad y el norte de Irak dejó 44 muertos. Milicianos sunitas como los de Al Qaeda, que considera herejes a los chiítas, a menudo son responsabilizados por esos hechos.

"BOMBA ELECTORAL"

Maliki y sus aliados obtuvieron importantes victorias este año en las elecciones provinciales, con una campaña basada en mayor seguridad. Un aumento de la violencia frente a las elecciones nacionales en enero podría desbaratar sus planes electorales.

En Bagdad, un coche bomba y un explosivo ubicado al costado de un camino, que tenían como blanco trabajadores que hacían fila para solicitar empleo, dejaron siete muertos en áreas predominantemente chiítas en el suroeste de la capital, dijo una fuente en un hospital cercano a los ataques.

En incidentes separados en Bagdad, varias bombas al costado de caminos y una en un autobús dejaron tres muertos y 34 heridos.

Las elecciones nacionales serán una prueba clave para la incipiente democracia iraquí y sus fuerzas de seguridad. Maliki busca garantizar la soberanía nacional después de años de ocupación.

"La votación será una bomba para todos aquellos que no quieren otra cosa que dictadura, sectarismo y derramamiento de sangre", dijo.

A pesar de que la violencia ha disminuido drásticamente durante los últimos 18 meses, los insurgentes aún realizan ataques frente a las incipientes fuerzas iraquíes, que carecen de equipos y experiencia.

Las fuerzas estadounidenses se preparan para retirarse del país para el 2012, de acuerdo a un pacto bilateral de seguridad entre Washington y Bagdad.