Actualizado 20/07/2009 04:19

Aumentan vuelos de deportaciones desde EEUU

Por Tim Gaynor

CIUDAD DE GUATEMALA (Reuters/EP) - El mecánico guatemalteco Erwin Baches caminó cinco días por el desierto e irrumpió en Estados Unidos en busca del sueño americano.

Arrestado, encarcelado y colocado en un vuelo para deportados de regreso a Centroamérica, Baches forma parte del creciente número de inmigrantes ilegales que es enviado a casa con el sueño hecho pedazos.

"Sólo quería una vida mejor para mi familia", dijo Baches, de 35 años, mientras se secaba las lágrimas a bordo de un vuelo charter del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus iniciales en inglés), que partió de un aeropuerto del valle de Phoenix con destino a Guatemala.

"Somos todos seres humanos, todos merecemos una oportunidad", agregó.

La inmigración, y particularmente qué hacer con los millones de inmigrantes ilegales que viven en las sombras, es un tema que genera divisiones en Estados Unidos.

Mientras el presidente Barack Obama trata de reunir apoyo en el Congreso para reestablecer una exhaustiva reforma inmigratoria este año, su Gobierno está expulsando a la población no autorizada de Estados Unidos a un ritmo cada vez mayor.

La Unidad de Operaciones Aéreas del ICE, aplicando una política comenzada bajo la administración del ex presidente George W. Bush, ha expulsado este año a un promedio de 4.200 inmigrantes no autorizados por semana, comparado con los 3.700 que había echado el año pasado.

"Quería encontrar una vida mejor, ayudar a mi sobrino", dijo Ofelia Alvarado, de 33 años, quien formaba parte del grupo de 92 guatemaltecos enviados a casa desde el aeropuerto Phoenix-Mesa Gateway. La mujer había sido detenida luego de cruzar la frontera desde México la semana pasada.

ESPOSAS Y GRILLETES

Obama busca apoyo entre los legisladores demócratas y republicanos para revisar el fragmentado sistema inmigratorio de Estados Unidos, país en el que viven y trabajan en las sombras casi 12 millones de inmigrantes ilegales.

El mandatario apoya ofrecerles a aquellos con una buena posición la chance de pagar una multa y convertirse en ciudadanos, tomando a la vez medidas enérgicas contra los empleadores que contraten trabajadores indocumentados y reforzando la seguridad a lo largo de la porosa frontera con México.

Desde que asumió en enero, Obama ha cambiado el procedimiento de rodear a inmigrantes ilegales en allanamientos en los lugares de trabajo -la política de la administración Bush- al de identificar a inmigrantes criminales detenidos en cárceles estadounidenses y deportarlos.

Este cambio de política quedó reflejado en la variedad de deportados abordo del vuelo 9849 a la ciudad de Guatemala, a quienes se les dio un sándwich de pavo y queso, galletitas y agua envasada para el viaje de cuatro horas.

"La policía me estaba esperando cuando regresé de hacer las compras", dijo Juan Sacaria, un indio maya de 29 años quien fue condenado por agredir a su esposa en California, y se encontraba entre los 12 criminales abordo del vuelo con esposas y grilletes.

Muchos de los deportados en el vuelo fueron detenidos después de cruzar la frontera, como Alvarado, o en una variedad de operativos policiales durante los cuales quedó en evidencia su estatus migratorio.

"Me interceptaron en un semáforo cuando regresaba del trabajo", dijo Hedvin Galicia, un mecánico de 28 años arrestado en Phoenix por conducir extremadamente alcoholizado en abril, quien fue subsiguientemente entregado al ICE para ser deportado.

Baches fue arrestado por solicitar sexo a cambio de dinero, pero no fue condenado y negó la acusación.

¿DISUASIÓN O PUERTA GIRATORIA?

La Oficina de Operaciones de Detención y Traslado del ICE deporta a más de 190 países.

Cada día de la semana realiza un promedio de 9 a 10 vuelos charter, un servicio apodado "ICE Air" por los medios, en su mayoría con destino a America Central y del Sur y al Caribe.

Los críticos dicen que la deportación es simplemente una puerta giratoria ya que los inmigrantes frecuentemente se las rebuscan para volver a Estados Unidos y retomar sus vidas.

Pero el ICE cree que la deportación funciona para muchos como un elemento de disuasión, y les muestra a los otros que existen consecuencias por ingresar en Estados Unidos de forma ilegal, particularmente si cometen crímenes.

"Si los encontramos, si tienen antecedentes criminales y han sido deportados con anterioridad, hay muchas posibilidades de que sean condenados", dijo Eduardo Preciado, asistente de dirección del programa de detención y deportación del ICE en Arizona.

Mientras la aeronave sobrevolaba las villas con techo de chapa de Ciudad de Guatemala, los deportados eran divididos según lo que harían al llegar al aeropuerto, dónde los funcionarios locales de inmigración los ayudarían a cambiar dólares, llamar a parientes y llegar hasta la terminal de autobuses.

"No pienso regresar, es demasiado duro", dijo Alvarado, quien gastó miles de dólares en intentar llegar a Estados Unidos y fue deportado dos veces.

Pero Galicia, quien había dejado su empleo, a su esposa y a su hijo de 21 meses en Arizona, pensaba diferente.

"No hay empleo" en Guatemala, dijo el hombre. "Ni bien llegue allí, emprenderé mi regreso", añadió.