MADRID, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
Más de 10.000 manifestantes han desafiado las súplicas del Gobierno australiano y la Policía del estado de Nueva Gales del Sur para exigir en las calles de Sídney y otras ciudades justicia para la población aborígen en una marcha alimentada por la reacción internacional a muerte del ciudadano estadounidense de raza negra George Floyd en EEUU, por la que han sido imputados cuatro policías.
Miles de manifestantes se concentraron al grito de "Las vidas de los negros importan" frente al Ayuntamiento de Sídney a pesar de las peticiones del Gobierno para anular la marcha, ilegalizada temporalmente el viernes por el Supremo del estado antes de una apelación exitosa a última hora del día.
Una petición final de la Policía para anular la marcha por motivos de seguridad sanitaria acabó finalmente desestimada, si bien el número de asistentes ha sido muy superior a los 5.000 recomendados por el Tribunal de Apelaciones.
El mayor episodio de tensión ocurrió cuando los agentes de Policía rechazaron las demandas de los manifestantes para hincar la rodilla en señal de respeto hacia la memoria de Floyd, pero la marcha fue relativamente pacífica, según ha informado el 'Sydney Morning Herald'.
Gran parte de los discursos que acompañaron a la manifestación recordaron las 432 muertes de aborígenes que han ocurrido bajo custodia policial, según los registros históricos de la Comisión Real de Australia sobre los Derechos de los Aborígenes.
"George Floyd, él es el hombre que colmó el vaso en lo que a esta mierda se refiere. Este es el punto de inflexión", hizo saber uno de los organizadores, Robert Thorpe, ante una multitud arrodillada y al canto de "Siempre fue, siempre será tierra aborigen" y "Justicia ahora".