Publicado 12/06/2020 11:00

Australia.- El primer ministro de Australia pide perdón por decir que nunca hubo esclavismo en el país

Australia.- El primer ministro de Australia pide perdón por decir que nunca hubo
Australia.- El primer ministro de Australia pide perdón por decir que nunca hubo - AAPIMAGE / DPA

MADRID, 12 Jun. (EUROPA PRESS) -

El primer ministro de Australia, Scott Morrison, ha tenido que disculparse por proclamar este jueves que "nunca existió la esclavitud en el país" en unas declaraciones que le granjearon un aluvión de críticas por ignorar a las decenas de miles de habitantes de las islas del Pacífico Sur explotados durante los siglos XIX y XIX en los campos de azúcar australianos.

"Mis comentarios no querían ofender a nadie y si lo hicieron, lo lamento profundamente y pido perdón por ello", ha declarado Morrison este viernes en rueda de prensa recogida por 'The Adelaide'. "Lo que quería decir es que Australia tiene un pasado, lo hemos reconocido y tenemos que afrontarlo", ha añadido.

Las declaraciones iniciales del primer ministro tuvieron lugar después de que miles de personas salieran el pasado fin de semana a las calles de la ciudad de Sídney por los derechos de la población aborigen en el marco de las marchas mundiales por la igualdad racial tras la muerte durante una detención policial del ciudadano estadounidense de raza negra George Floyd, el pasado 25 de mayo en Mineápolis, por la que ha sido imputado por asesinato el ahora exagente de Policía Derek Chauvin.

En respuesta a las marchas, el primer ministro abordó la cuestión del pasado nacional cuando se le preguntó por la posibilidad de retirar estatuas de exploradores británicos como está sucediendo en Estados Unidos con figuras del Ejército confederado del Sur, epicentro del esclavismo en Estados Unidos.

"Australia era un lugar bastante brutal. Mis ancestros llegaron en las dos primeras flotas de convictos que llegaron a este país, pero aquí no ha existido el esclavismo", llegó a declarar durante una entrevista con la emisora 2GB, olvidando no solo el trabajo forzado en los campos de azúcar sino la explotación a la que durante décadas han sido sometidos los propios aborígenes.