BOGOTA (Reuters/EP) - Las autoridades de Colombia reportaron el domingo el hallazgo de 30 osamentas, al parecer de combatientes de los escuadrones paramilitares de ultraderecha, en 29 fosas ubicadas en una zona selvática del suroeste del país con fuerte presencia de la guerrilla.
El hallazgo, el más reciente de víctimas del conflicto interno de más de cuatro décadas que azota al país sudamericano, se produjo cerca a la ciudad de San José del Guaviare, capital del departamento del Guaviare.
"De acuerdo con la investigación, corresponden a víctimas de las cuadrillas primera y séptima de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que delinquen en esa zona del país", dijo un comunicado del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS).
"En el lugar de los hechos se ubicaron y exhumaron 30 cuerpos, 29 de los cuales serían de integrantes de las Autodefensas ilegales del Bloque Guaviare, conclusión preliminar a la que llegaron las autoridades porque en las fosas también se encontraron uniformes, brazaletes y distintivos de ese grupo armado", precisó el informe.
De acuerdo con el DAS y la Fiscalía General de la Nación, los 29 integrantes de los escuadrones paramilitares murieron en combates con las FARC en el 2005.
El selvático departamento del Guaviare es una de las regiones de Colombia con más presencia de la guerrilla izquierdista, a la que llegaron cientos de combatientes paramilitares con la intensión de desalojar a las FARC, en una sangrienta confrontación que dejó cientos de muertos.
Los paramilitares se desmovilizaron y entregaron las armas en una cuestionada negociación de paz con el Gobierno del presidente Alvaro Uribe, que permitió que más de 31.000 combatientes se reintegraran a la vida civil.
Sin embargo, cientos de antiguos paramilitares violaron los acuerdos con el Gobierno y regresaron a la lucha armada engrosando las filas de grupos armados ilegales al servicio del narcotráfico, de acuerdo con fuentes de seguridad.
En los últimos años, las autoridades colombianas han descubierto miles de osamentas enterradas en apartadas zonas selváticas y montañosas de víctimas del conflicto, la mayoría civiles.
Antiguos combatientes y líderes paramilitares, al igual que guerrilleros que han desertado, han relevado en confesiones ante la justicia la ubicación de fosas con víctimas de la confrontación.