Actualizado 20/03/2018 13:01

¿En qué beneficia la victoria de Putin a Iberoamérica?

Russian President and Presidential candidate Vladimir Putin delivers a speech du
REUTERS / POOL NEW

   MADRID, 20 Mar. (Notimérica) -

   Tras su victoria en las elecciones presidenciales de este domingo, Vladimir Putin ocupará por cuarta vez la Presidencia de Rusia hasta el año 2024, cuando cumpla 25 años en el poder (teniendo en cuenta los casi cinco años de primer ministro), siendo el resultado electoral favorable al mandatario en más de un 76 por ciento de los votos.

   Ante la noticia, desde la región iberoamericana han surgido reacciones favorables en Venezuela, Bolivia y Cuba. El ministerio de Relaciones Exteriores venezolano felicitaba al gobernante en nombre del presidente Nicolás Maduro, expresando sus "mejores deseos y solidaridad en esta nueva etapa de retos que el presidente Putin afrontará con la audacia, energía y sabiduría que lo caracterizan", indicaba.

   Por su parte, el mandatario boliviano, Evo Morales, utilizaba su cuenta oficial de Twitter para felicitar la "contundente victoria del hermano presidente de Rusia, Vladimir Putin", añadiendo que "Rusia respeta la dignidad de los pueblos y garantiza el equilibrio geopolítico y la paz mundial ante arremetida del imperialismo".

   El embajador cubano en Moscú, Gerardo Peñalver Portal, también eligió la red social Twitter para dar la enhorabuena a Putin de parte del mandatario cubano: "Presidente de #Cuba @RaulCastroR envió cálido mensaje de felicitación a Presidente electo de #Rusia Vladimir Putin por su rotunda victoria electoral este domingo".

   La relación entre los tres países iberoamericanos y Rusia se han visto reforzada en los últimos años, aunque el vínculo es histórico. Desde que Putin asumiera la primera Presidencia en el año 2000, uno de sus objetivos ha sido estrechar las relaciones con los países latinoamericanos e incrementar su influencia económica en los mismos.

   Dicho fin, a día de hoy, comienza a adquirir notoriedad y a dar sus frutos. Y es que, hace escasas semanas, el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson --próximamente remplazado por el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Mike Pompeo--, viajaba a varios de los Estados iberoamericanos y alertaba de la expansión de China y Rusia en la región así como de la amenaza que suponen en temas de economía, seguridad y democracia.

   La denuncia estadounidense no representa una novedad ni tampoco una sorpresa, pues desde el fin de la Guerra Fría las hostilidades indirectas entre ambos países ha estado presente y el territorio latinoamericano parece estar convirtiéndose en tierra de disputa. La expansión rusa supone una fuerte amenaza para Estados Unidos, el históricamente 'socio' y principal influencia extranjera --en todos los niveles-- en la región.

   De la misma manera, tal y como indica la académica y politóloga rusa de la Universidad de Santiago de Chile, Evgenuia Fediakova, "en América Latina existe un sentimiento de antiamericanismo (anti-EEUU), por lo tanto se ve a Rusia como una figura de contrapeso a la presencia de Estados Unidos en este continente", y Putin puede y sabe que debe aprovecharse de ello, más dada la aversión existente hacia el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

MUNDO MULTIPOLAR

   A lo largo de los años que Putin se ha mantenido en poder se ha reunido con los principales líderes políticos latinoamericanos de manera estratégica, especialmente durante los años en los que la izquierda latinoamericana gobernó el territorio. Sin duda, se trató del mejor momento para la influencia rusa en la región.

   Así, el primero en visitar fue al fallecido Fidel Castro, quien recibió al presidente ruso en La Habana en diciembre del año 2000, visita que devolvió Raúl Castro en el año 2009. Asimismo, durante estas dos décadas Putin le ha estrechado la mano a Luiz Inacio Lula Da Silva y Dilma Rousseff, Néstor y Cristina Kirchner, Hugo Chávez y Nicolás Maduro, Daniel Ortega, Evo Morales, Rafael Correa y José Mújica.

   Pero además, también lo hizo con el mexicano Vicente Fox, el chileno Ricargo Lagos, Sebastián Piñera durante su primer mandato y Pedro Pablo Kuczynski, estos dos últimos actuales mandatarios de Chile y Perú, y el pasado año recibió en Moscú al presidente argentino Mauricio Macri. De esta manera, puede apreciarse que la estrategia de Putin no pasa únicamente por lo ideológico, sino que su punto de mira en la región es a largo plazo y, principalmente, en materia económica.

   Para Putin, sus visitas a Iberoamérica han supuesto una oportunidad para implementar un mundo "multipolar" en el que el gigante ruso tenga peso a nivel mundial a pesar de las múltiples tensiones con Occidente --por la crisis de Ucrania o el reciente conflicto diplomático con Reino Unido por el presunto envenenamiento a un exespía ruso--, así como con el ya mencionado Estados Unidos.

   De hecho, hace escasos días la agencia de noticias rusa 'Sputnik' publicaba las declaraciones del director del Departamento de América Latina de la Cancillería rusa, Alexandr Schetinin, en las que indicaba que "no imponemos a los latinoamericanos la necesidad de elegir con quién quieren estar, tienen derecho a definir sus prioridades en el marco de una política exterior independiente", haciendo referencia a Occidente.

   Schetinin había destacado a este mismo medio que las relaciones entre Rusia y América Latina no dependen de la coyuntura política, sino que se caracterizan por la estabilidad y coherencia en favor de desarrollar la cooperación con Rusia en la región. "Avanzan los lazos económicos y comerciales, se amplía la zona de exención mutua de visados para los ciudadanos, esperamos a ocho selecciones latinoamericanas para la Copa Mundial de Fútbol", habría detallado el diplomático.

ECONOMÍA RUSA EN LA REGIÓN

   A día de hoy, Brasil, México, Argentina y Venezuela concentran la mayor parte del comercio con Rusia según indica el académico Alberto Hutschenreuterel en un artículo publicado en el portal 'Marco Trade News'. La volatilidad del precio de las materias primas empuja a los países iberoamericanos a diversificar su producción de cara al comercio y ese hecho ha llevado a que los países de la región firmen acuerdos con la potencia euroasiática en los últimos años.

   Según indicaba el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en una rueda de prensa en el mes de enero, el intercambio comercial de Rusia con la región superó los 10.000 millones de dólares en el año 2017, siendo la cooperación particularmente extensa en los ámbitos técnico-militar, nuclear y espacial. Pero además, Rusia interviene en materia de transporte, armas y equipos, recursos naturales y emprendimientos bio-tecnológicos en toda la región, además de haber creado programas específicos.

   Tal y como recoge 'HispaniaTV', existe un mecanismo de diálogo y cooperación entre Rusia y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), así como colaboraciones con otras organizaciones regionales como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) y el Mercado Común del Sur (Mercosur).

   A nivel político, el último pronunciamiento por parte de Rusia ha sido referente a Venezuela. El canciller Lavrov se refería a las elecciones presidenciales de Venezuela --programadas para el próximo día 20 de mayo-- y ha pedido no ejercer presión sobre Caracas para permitir que los venezolanos puedan ejercer libremente su derecho de voto. "En lo que se refiere a Venezuela, estamos convencidos que el futuro del país debe determinarse por el pueblo venezolano y que imponer decisiones desde afuera es incorrecto y contradice los deseos del pueblo", subrayaba.