Actualizado 02/03/2007 04:59

Bolivia.- El Congreso boliviano convoca a jefes militares para investigar irregularidades con Cascos Azules


LA PAZ, 2 Mar. (EP/AP) -

El Congreso boliviano convocó ayer a los comandantes de las fuerzas armadas y del Ejército para que expliquen las razones por las que son descontados los sueldos que paga Naciones Unidas a los cascos azules bolivianos enviados al Congo, tras conocer varias denuncias en este sentido de militares.

La presidenta de la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, Ninoska Lazarte, anunció a la prensa la convocatoria, para que el comandante de las fuerzas armadas, general Wilfredo Vargas, y el del Ejército, general Freddy Bersatti, presenten un informe oral el próximo 8 de marzo ante el Congreso para aclarar los descuentos.

La comisión tomó esa determinación después de escuchar los testimonios de varios militares enviados al Congo que denunciaron cobros irregulares y otros malos tratos por parte de jefes castrenses. La semana pasada también pidió informes escritos al canciller David Choquehuanca y al ministro de Defensa, Walker San Miguel.

Según Lazarte, la ONU destina para cada uno de los soldados bolivianos --200 por misión semestral--, un sueldo mensual de 1.028 dólares (780 euros), pero ellos sólo reciben 700 (531 euros). "Hay indicios de que se han vulnerado los derechos de los militares porque no se les ha informado de lo que Naciones Unidas enviaba para ellos", sostuvo.

El Ejército, por su parte, informó la semana pasada de que efectivamente practica los descuentos para destinarlos a la compra de uniformes, equipos y vacunas de los cascos azules bolivianos enviados al Congo, además del pago de una deuda con la ONU por asistencia, de la que no han dado más detalles.

Después de declarar ante la comisión, el cabo del Ejército Carlos Arellano dijo a la prensa que fue él quien tuvo que pagar su uniforme, equipo, vacunas e incluso el uso de la piscina donde hizo las pruebas para su enrolamiento. Indicó que por ello pagó "entre 300 y 400 dólares".

El militar señaló que ya en el Congo sus supervisores del Ejército boliviano le maltrataron a él y sus camaradas, pues incluso los privaron del agua y la comida que la ONU enviaba para ellos.