LA PAZ, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Departamento de Estado norteamericano informó ayer de que ha llamado a Washington a su embajador en Bolivia, Philip S. Goldberg, "para consultar" la seguridad en la Embajada estadounidense en La Paz, una semana después de que miles de manifestantes arrojaran piedras contra el edificio de la Embajada, y añadió que las autoridades bolivianas ignoraban la Convición de Viena.
Goldberg no indicó cuándo asumiría de nuevo sus funciones en La Paz, pero dijo que su presencia en la capital estadounidense será una "oportunidad para explorar medidas encaminadas a mejorar la cooperación en asuntos de seguridad con el Gobierno de Bolivia", según informó Radio Erbol.
Miles de manifestantes protestaron el pasado 9 de junio frente al edificio de la Embajada norteamericana reclamando la extradición del ex ministro de Defensa, Carlos Sánchez Berzaín, quien está acusado en Bolivia de genocidio y otros delitos cometidos durante los violentos disturbios de octubre de 2003.
El anuncio de la convocatoria de Goldberg a Washington, formulado por Gonzalo Gallegos, director de la oficina de relaciones con la prensa, siguió también a varias convocatorias recientes al embajador de parte del canciller David Choquehuanca por casos que incluso incluyen espionaje.
Gallegos dijo en un comunicado que Estados Unidos "aprecia los esfuerzos de la policía nacional boliviana de proteger nuestra embajada y su personal", informa la emisora de radio.
"Al mismo tiempo, estamos preocupados por las recientes declaraciones de algunos funcionarios del Gobierno boliviano que ponen en duda el compromiso de Bolivia de cumplir sus obligaciones de la Convención de Viena de proteger al personal diplomático e instalaciones en el futuro", señaló.
"El incumplimiento de esas responsabilidades pondría en peligro tanto a ciudadanos estadounidenses como a centenares de bolivianos que trabajan en la embajada o hacen uso de las instalaciones consulares de la Embajada y otras oficinas diplomáticas", agregó Gallegos.