LA PAZ, 29 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha denunciado este martes que Estados Unidos quiere que el país andino "se aplaque en la lucha contra el narcotráfico", después de que se "sacudiera" los "chantajes" de la Casa Blanca.
En un acto gubernamental celebrado este martes, Morales ha advertido de que "hay enemigos internos y externos que quieren desacreditar la estrategia antidrogas que Bolivia despliega desde 2009", entre los que ha mencionado directamente a Estados Unidos.
El líder indígena ha considerado que la Casa Blanca ha reaccionado así a su decisión del pasado 1 de mayo de expulsar a la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID) por injerencia en la política boliviana.
Tras ello, Washington anunció la retirada de La Paz de su Oficina de Asuntos Antinarcóticos, dejando de esta forma en manos bolivianas la lucha contra el narcotráfico en este país, ya que su Agencia Antidrogas (DEA) ya salió de en 2008 por los mismos motivos.
Morales ha dicho que se siente "feliz y orgulloso" por "la nacionalización de la lucha contra el narcotráfico", frente a lo que ha considerado una dominación del "mandamás" de Estados Unidos a través de su ayuda económica.
"El narcotráfico, el terrorismo, el autoritarismo... son usados por el Gobierno de Estados Unidos para dominar, para saquear los recursos naturales de otros países", ha sostenido, en declaraciones recogidas por la Agencia Boliviana de Noticias (ABI).
Además, ha asegurado que la ayuda económica de Estados Unidos no era tan importante porque apenas llegaba a los cinco millones de dólares anuales. "¿Qué es eso para un país industrializado, conocido como una gran potencia? No es nada", ha dicho.
"El próximo año debemos estar mejor que ahora, demostrar que sin ellos estamos mejor", ha instado, al tiempo que se ha mostrado seguro de que Bolivia sería "un modelo de la lucha contra el narcotráfico", si contara con más recursos.
La Unidad Ejecutora de Lucha Integral contra el Narcotráfico (UELIN) ha asumido en solitario la lucha contra el narcotráfico, con un presupuesto de 36 millones de dólares y el apoyo de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), que contará con ocho helicópteros, tres aviones C-130 y una avioneta adicionales.