Actualizado 26/04/2016 18:03

Morales se somete a una prueba de paternidad

El presidente de Bolivia, Evo Morales
HANDOUT . / REUTERS

LA PAZ, 26 Abr. (EUROPA PRESS) -

   El presidente de Bolivia, Evo Morales, se ha sometido a una prueba genética para esclarecer la paternidad del hijo de Gabriela Zapata, una ex novia del líder indígena detenida y encarcelada por tráfico de influencias.

   La jueza Jacqueline Rada ordenó el lunes que se practicara "la prueba del examen de ADN del niño (...) con el ciudadano demandante, Evo Morales, la misma que deberá realizarse en dependencias del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF)".

   "Cuando hay una orden judicial, todo ciudadano tiene que cumplir (...) y el ciudadano Evo Morales cumplirá lo que dice la ley", respondió el abogado del mandatario, Gastón Velásquez, en declaraciones recogidas por el diario boliviano 'La Razón'.

   La prensa oficial ha informado este martes de que Morales se ha sometido a la prueba de paternidad pero Zapata no lo ha hecho porque ha exigido que se realizara ante la presencia del dirigente, que ha abandonado las instalaciones del IDIF antes de que llegara ella.

   El abogado de Zapata, Eduardo León, ha explicado que el supuesto padre y la madre deben ratificar la prueba del contrario. "Zapata no la convalidó", ha indicado. "Le hemos señalado al presidente que es un grave error el que le están haciendo cometer sus asesores", ha alertado.

   La defensa de Morales ha sostenido, en cambio, que "la prueba es legal". "Ella se negó a hacerse el examen, desconocemos por qué y tampoco trajo al niño. Es falso eso de que juntos debían hacerse la prueba", ha afirmado Velásquez.

   La prensa local reveló en febrero que Morales y Zapata habían tenido una relación sentimental y compartían un hijo. El presidente confirmó que habían sido pareja y tuvieron un niño pero que, según le había contado la madre, murió al nacer.

   El escándalo personal salió a la luz cuando Zapata fue detenida y encarcelada por conseguir hasta siete contratos con el Estado para la empresa china CAMC, para quien trabaja como única representante en Bolivia, por un valor de 500 millones de dólares.