Publicado 09/08/2020 18:06

Bolivia.- Sindicatos locales bolivianos denuncian presiones de la central para restablecer los bloqueos en el país

Bloqueo en las carreteras de Bolivia
Bloqueo en las carreteras de Bolivia - Marcelo Perez del Carpio/dpa

MADRID, 9 Ago. (EUROPA PRESS) -

El principal dirigente del sindicato Central Obrera Departamental (COD) en Chuquisaca, Carlos Salazar, ha denunciado este domingo que recibió una llamada del secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB), Juan Carlos Huarachi, en la que le amenazó e intentó intimidarle por no apoyar los bloqueos de carreteras, medida principal de presión contra el Gobierno.

"Recibí una llamada directa de parte de Juan Carlos Huarachi y también se escuchaban otras voces en su entorno, indicándole lo que iba a decir", ha indicado.

"Su llamada era para intimidarnos, que no nos metamos con él, y por llevar la contra a los bloqueos que están realizando; nos amenazó diciendo que nos atengamos a las consecuencias", ha añadido el sindicalista.

Estos bloqueos, que dificultan la llegada de atención médica a los afectados por el coronavirus, son concebidos por la central sindical como una medida para forzar el adelantamiento de las elecciones en el país. Sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral se ha negado a hacerlo porque coincidirían con el apogeo de la pandemia.

Esta tensión motivó que la central decidiera ignorar la oferta de diálogo de Áñez, mientras las secciones locales comienzan a denunciar la excesiva intromisión en la central del Movimiento al Socialismo (MAS) del expresidente Evo Morales, que dimitió por la fuerza en un pronunciamiento que llevó a Áñez al poder.

"Lo que está haciendo la COB es someterse al partido político del Movimiento Al Socialismo (MAS)", ha denunciado en este sentido Salazar a la agencia oficial de noticias de Bolivia, ABI.

La actual crisis política en Bolivia estalló con las pasadas elecciones del 20 de octubre. La oposición denunció un fraude electoral por parte de Morales que vino a ser confirmado por la Organización de Estados Americanos (OEA) al detectar "irregularidades".

Morales dimitió y se exilió --primero a México y luego a Argentina--, dando lugar a una ola de disturbios que se saldó con más de 30 muertos en enfrentamientos entre partidarios y detractores suyos y con las fuerzas de seguridad.

Los partidos acordaron repetir las elecciones el 3 de mayo pero tuvieron que ser aplazadas por el coronavirus. Ante la imposibilidad de fijar una nueva fecha, el Congreso --controlado por el MAS-- señaló el 6 de septiembre, algo aceptado por el TSE, aunque no tanto por el Gobierno, que insistía en aplazar aún más los comicios.

Finalmente, el TSE anunció a finales de julio que la votación tendrá lugar el 18 de octubre. "Esta elección requiere las mayores medidas de seguridad sanitaria posibles para proteger la salud de los bolivianos", esgrimió Romero.

El MAS, por su parte, denuncia una táctica del nuevo oficialismo para impedir que su candidato Luis Arce, favorito en las encuestas antes de la crisis sanitaria, gane las elecciones presidenciales.