WASHINGTON, 20 Mar. (EUROPA PRESS) -
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, ha reprochado este miércoles al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, su "hipocresía" por seguir reprimiendo las protestas contra el Gobierno mientras retoma el diálogo con la oposición para zanjar la crisis.
"La hipocresía de Ortega debe parar", ha escrito Bolton en su cuenta oficial de Twitter, advirtiendo al líder sandinista de que sus acciones "no quedarán sin respuesta".
Ya en un comunicado, Bolton ha expresado la condena de Estados Unidos a "la continuada violencia y represión hacia el pueblo nicaragüense, incluyendo detenciones arbitrarias de cientos de manifestantes pacíficos y la violencia contra la prensa independiente el 16 de marzo".
El pasado sábado, miles de personas volvieron a salir a las calles de Managua para exigir a Ortega la "democratización" de Nicaragua, pero se toparon de nuevo con las fuerzas gubernamentales. Más de 160 personas fueron detenidas.
Bolton ha instado al Gobierno de Ortega a "liberar inmediata e incondicionalmente a todas las personas de forma arbitraria, respetar las libertades de expresión y reunión de los nicaragüenses y comprometerse a llevar a cabo reformas electorales y celebrar elecciones libres y justas pronto".
"Estados Unidos seguirá pidiendo rendición de cuentas para aquellos que han demostrado tener una flagrante falta de respeto por los Derechos Humanos y las libertades fundamentales", ha aclarado.
Además, ha aprovechado para reiterar el apoyo estadounidense a la Alianza Cívica y al pueblo nicaragüense en general "por su cruzada para restaurar la democracia a través de manifestaciones pacíficas".
"Es hora de que haya soluciones rápidas y justas y de probar la buena fe", le ha dicho a Ortega. "Los nicaragüenses merecen tener un Gobierno que escuche sus voces y respete sus Derechos Humanos", ha defendido.
CRISIS POLÍTICA
La crisis estalló en abril de 2018. Comenzó con protestas por una polémica reforma de la seguridad social que crecieron rápidamente hasta exigir la "democratización" de Nicaragua, en lo que ha sido el mayor desafío a Ortega en sus quince años de gobierno.
La represión por parte de Policía y grupos armados afines al Gobierno dejó más de 300 muertos y miles de detenidos. Expertos del sistema interamericano que viajaron al país para constatar la situación interna han recomendado en un informe juzgar al presidente nicaragüense por crímenes de lesa humanidad.
El líder sandinista ofreció entonces un diálogo nacional que fracasó por su negativa a convocar elecciones anticipadas. El pasado mes de febrero, las partes acordaron retomar las conversaciones y celebraron las primeras reuniones. Desde entonces, el Gobierno ha liberado a 150 presos políticos.