Actualizado 15/12/2006 01:16

Brasil.- Luis Ignacio Lula da Silva llora al recibir su acta de su segundo mandato como presidente de Brasil


BRASILIA, 15 Dic. (EUROPA PRESS) -

El presidente brasileño Luis Ignacio Lula da Silva no logró contener las lagrimas el jueves al recibir el certificado de las autoridades electorales que lo proclama como nuevo mandatario. El presidente agradeció su apoyo al "pueblo más humilde".

"No precisó de intermediarios para decir qué hacer. El pueblo más humilde dijo lo que quería votar y ejerció su voto, que garantizó la victoria de Alencar y Lula. Se acabó el tiempo en el que algunas personas osaban decir a la gente cómo tenía que votar el pueblo", dijo Lula entre lágrimas".

Según informa el diario 'La Folha de Sao Paulo', Lula afirmó que como era más viejo pensaba que no podría emocionarse de la misma manera en su acto de investidura cuando los brasileños más humildes lo eligieron pro primera vez en 2002. En aquella primera ocasión, dijo estaba asolado por un estado emocional que cuatro años más tarde no podía permitirse tener.

"El primer diploma que yo recibí aquí, la verdad realmente estaba tomado de un estado emocional, que cuatro años más viejo no me puedo permitir tener", dijo Lula, ahora de 61 años de edad.

"Ahora he comprobado la legitimidad del pueblo y he visto lo que el pueblo quiere que le demostremos y lo que espera que hagamos mejor y más que en primer mandato".

"En este segundo diploma que yo recibo no me permite tener la misma emoción con la que yo estaba en aquel (primero) porque en aquel yo aún tenía un sueño... en este ya sé que la responsabilidad del segundo mandato es infinitamente mayor", aseguró.

El presidente re-electo aseguró que dedicará su segundo mandato al avance económico y a la justicia social que "garantiza los derechos de la ciudadanía", para todos los brasileños. Además, añadió que la responsabilidad que afronta en su segundo mandato será mayor que la que asumió en el primero. "No tengo que compararme con nadie", aseveró.

El acto, una formalidad de las leyes electorales brasileñas, abre el paso para que Lula sea juramentado en el cargo en el congreso el próximo 1 de enero. La breve ceremonia se celebró en la sede del Tribunal Superior Electoral, donde Lula recibió de manos del presidente de dicho organismo, Marco Aurelio Mello, un diploma con los colores de la bandera de Brasil, verde y amarillo, y enmarcado con bordes marrones.

"Por la voluntad del pueblo brasileño expresada en las urnas el 29 de octubre del 2006 Luis Ignacio Lula da Silva, candidato de la alianza 'La fuerza del Pueblo'...fue reelecto presidente de la república. En testimonio de ese hecho, la justicia electoral le expide el presidente diploma que lo habilita para la nueva investidura en el cargo", según el certificado que leyó el magistrado Mello.

"Hay una diferencia de este acto de (recibir el) diploma.... El primer diploma que yo recibí aquí, la verdad yo realmente estaba tomado de un estado emocional, que cuatro años más viejo no me puedo permitir tener", dijo Lula, ahora de 61 años.

Además, añadió, si el primer mandato de cuatro años constituyó "una buena aventura para probar que teníamos competencia para gobernar a Brasil, el segundo mandato... es la demostración que el pueblo brasileño (quiere)... que José Alencar y yo hagamos más y mucho mejor de lo que hicimos en el primer mandato".

Sin embargo, Lula indicó: "Estoy feliz y quiero agradecer el sacrificio que todos ustedes hicieron".

"Quiero agradecer la comprensión del pueblo brasileño...", dijo Lula con la voz entrecortada y lagrimas en los ojos, siendo además interrumpido por aplausos de la platea, mientras a su lado Alencar hacía pucheros. "Debí haber preparado un texto", afirmó secándose los ojos.

Lula da Silva señaló que el verdadero "milagro" necesita tres pasos, según informa la prensa local. El primero es que es preciso tener capital circulando, para que las personas puedan acometer inversiones. El segundo es garantizar una política de crédito "para que el pueblo pobre se pueda convertir en ciudadano". El tercer paso del milagro, dijo el re-electo presidente brasileño, es acometer una política de crecimiento acompañada de una política social con una distribución de la renta equitativa.